El Caso López y la lápida K (Por Matías Ruíz) El consultor político Jaime Durán Barba supo decir que la Administración Cambiemos debía ocultar los prolegómenos de la corruptela K bajo la alfombra, a los efectos de que Mauricio Macri pudiera concentrarse en la gestión. No obstante, el Caso López expuso el grosero error de juicio del improvisado y lenguaraz analista ecuatoriano.
La reciente detención del ex número dos del elusivo ex ministro de Planificación Julio De Vido -que, conforme ya lo describieron los medios, pugnaba por ocultar casi nueve millones de dólares en un convento- volvió a poner de relieve el ruidoso reclamo de transparencia de una ciudadanía que casi se había resignado a contemplar cómo su dirigencia política hacía alarde del más exasperante enriquecimiento ilícito.
Para Durán Barba, los masivos cacerolazos en pos de una purga en la función pública no merecían ser atendidos -como, evidentemente, también estimaba preciso desoir los legítimos reclamos ciudadanos para mejorar la seguridad.
Tras el perturbador episodio policial, las incandescentes esquirlas no tardaron en salir eyectadas hacia el corazón del Frente para la Victoria. Devastado su espectro político por la noticia del ex funcionario caído en desgracia, la sangría en el bloque de legisladores cristinistas en el Congreso apenas ha dado inicio.
Al cierre del miércoles, tres Diputados y una Senadora Nacional -avergonzados por los duros cuestionamientos hacia el espacio- abandonaron el FPV; y se espera que otros de sus pares transiten idéntico sendero.
La parálisis es absoluta: sin comando, y sin la ex presidente Cristina Fernández Wilhelm para ofrecer explicaciones (ya ni siquiera por Facebook), el aturdido conglomerado apenas ha hallado un vocero en la pálida figura de Héctor Recalde.
El ex dirigente sindical debió, por ejemplo, someterse en la tarde-noche de este 15 de junio a un crudo interrogatorio de parte del periodista Nelson Castro en la señal Todo Noticias (TN), debatiendo si acaso Néstor Kirchner y su señora esposa ingresaban o no en la categoría de siniestro personajes que se enriquecieron hasta el hartazgo parasitando al Estado y amenazando a magistrados federales en el proceso.
Referentes del showbusiness kirchnerista como Pablo Echarri o Diego Brancatelli renegaban a viva voz de la cobija política que tantos beneficios le reportaron. Gabriela Cerruti y Humberto Tumini ejercitaron un áspero duelo en la red social Twitter, solo para repartirse responsabilidades y reconocer (con inédita franqueza) que el sueño había llegado a su fin.
Sin embargo, las repercusiones no habrán de limitarse estrictamente al territorio del tardío despecho o la catarsis mediática de la agonía política.
Tal como sucediera en su momento con las imágenes de empresarios allegados al kirchnerato contando dólares entre estridentes carcajadas, en el Affaire López, también el retrato del conteo de billetes ha comenzado a hacer las veces de despertador para la eterna siesta de los magistrados del orden federal.
Por estas horas, los allanamientos se multiplican en no pocas provincias del interior de la República, y De Vido ha sido citado a declaración indagatoria junto a Hebe Pastor de Bonafini a raíz de aquel funesto entrepreneurship que diera en llamarse Sueños Compartidos.
La captura de José López incluso ha torpedeado el otrora colorido sentido del humor de Aníbal Fernández. Mientras su tambaleante intermediación comercial en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) -si de lo que se trata es de echar mano de eufemismos- estaba siendo sometida a intenso escrutinio aquí y en la justicia de los Estados Unidos de América, el polémico ex jefe comunal quilmeño tenía por costumbre despotricar en privado (y en desagradables términos) contra la Gobernadora María Eugenia Vidal, a consecuencia de las gruesas pérdidas reportadas en algunas de las subunidades de negocios que él y su red regentean en el conurbano profundo.
Tras la caída del principal albacea de Julio De Vido, Aníbal se vio compelido a declarar ante un puñado de medios que en modo alguno se quedará callado. La sorpresiva reactivación de los tribunales domésticos, al parecer, ha gatillado declaraciones anticipatorias de parte de eventuales arrepentidos que no desean esperar al surgimiento de nuevas leyes que amplíen la tipificación de aquella figura jurídica.
Existe consenso entre los analistas políticos de fuste en el orden local: el subsistema kirchnerista -en cualesquiera de sus versiones- acaba de certificar su defunción.
La mecánica nestorista/cristinista abiertamente sustentada en la amenaza, la extorsión (en donde Ricardo Echegaray fue un actor central desde AFIP), el ensañamiento público contra el disenso y el indisimulable alquiler perentorio de reconocidos periodistas, no parecen haber sido suficientes para eternizar la fantasía.
Difícilmente pueda el saqueo indiscriminado de las arcas públicas constituírse en piedra basal o fundamento de un subsistema político pretendidamente llamado a permanecer.
Toda vez que el vicio sea propuesto como credo, y la persecución contra el otro sea encumbrada en el pedestal del imperativo categórico, la fantasía muta en entelequia. Le ensoñación, en delirio psicótico o languideciente pesadilla.
A la postre, el efecto boomerang tórnase inevitable. (El Ojo Digital)Miércoles, 15 de junio de 2016
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