Arana: Sueño Cumplido Con 8 kilos menos, el actor volvió del Himalaya, donde pudo escalar el Everest y lograr la hazaña. “Salimos 18 personas y todas hicimos cumbre”, contó. “Fue una segunda oportunidad que me dio la montaña”, se emocionó al recordar el intento fallido que casi le cuesta la vida en 2012.
Con el sueño cumplido, Facundo Arana retornó anoche al país, luego de haber escalado el Monte Everest. Llegó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza junto a su esposa María Susini quien viajó el jueves hacia Qatar, para encontrarse con su marido.
Alrededor de las 22.50, Arana ingresó muy sonriente a la Sala Malvinas Argentinas del Aeropuerto de Ezeiza, junto a su esposa y otros tres expedicionistas: María Alejandra Ulehla, Ulises Corvalán y Juan Manuel Boselli.
Al comenzar la rueda de prensa, el actor abrazó a Susini y declaró: “El encuentro con mi mujer fue increíble. Los 4 de la expedición se confabularon y me dieron la sorpresa en el aeropuerto de Qatar”. Después, ya de lleno hablando de la expedición, confió: “Fueron 2 meses sin discusiones en el grupo. Gran convivencia. Salimos 18 personas y todas hicimos cumbre”.
Emocionado, dijo: “Pero la verdadera cumbre es juntarnos con nuestras familias. Nunca me había alejado 2 meses de la familia y no me alejo ni 5 minutos más. De todas mis aventuras esta fue la más larga. Tengo toda la vida para disfrutarlo”.
En otro momento de la charla, Facundo bromeó con que “Me apodaron Flash por ser el más lento del grupo”. Luego siguió contando su travesía. “Fue una segunda oportunidad que me dio la montaña. En casa me dijeron ‘anda y no me hagas ir a buscarte’. Cuando hacia pasito a pasito en la montaña me acordaba de cuando me operaron de pibe del linfoma y mamá me llevo un par de cuadras caminando”.
“Cuando llegué a la cumbre -relató- fue pensar en mi familia y ponerme a rezar. Quería bajar corriendo para verlos. Ahora hay que comer para subir los 8 kilos perdidos”.
Luego, Arana contó que “Cuando estaba con oxígeno los sherpas y los tibetanos venían a ofrecer salamincito cortado como si nada. No lo podía creer”.
Recordando el intento fallido de hace cuatro años, confió: “Superar los 5300 metros en los que abandoné en 2012 era un desafío. Estuvo genial que aquella vez la montaña me haya echado con una patada en el culo. Ahora me entrene y subí”.
“El objetivo - dijo emocionado- era colocar la bandera ‘Donar sangre salva vidas’ Y lo hice. No fue revancha. Con un millón de argentinos de los 40 millones que donen sangre dos veces al año no habría faltante en los bancos de sangre como ahora pasa”.Sábado, 4 de junio de 2016
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