Video: La Casa ya empezó y con un correntino comparsero
El camionero, la cumbiera, el virgen, los futbolistas, el “hermano de”, la azafata, ex parejas de famosos y otros personajes ya conviven en una nueva edición del encierro televisado por América.
El reality Gran Hermano puso ayer la primera en una nueva edición, presentando los singulares personajes cuyas historias se irán develando con el correr de los días, pero que ayer fueron esbozadas con el ingreso de cada participante al encierro televisado.
Por ejemplo la de Cinthia Aller, hija de militar y ama de casa, ex esposa de un custodio de Ricardo Fort. La prima de Cinthia dijo que Cinthia le va a dar a la casa "mucho culo". O la de un futbolista Luis Fabián Galesio, que dejó la concentración del club donde militaba para sumarse a este programa. También entró Santiago Penner Verdoljak (modelo y ex jugador de Atlético Carlos Paz). Como se recordará, Penner se vió involucrado como tercero en discordia entre María del Mar Cuello Molar y Matías Alé. Mariano Matera es un camionero fashion y Lucas Tisera, de 35 años, la ex pareja de Lizy Tagliani, también se sumó al encierro y según Rial "tiene una historia de vida fuerte". Matías Shwartzman, hermano del tenista Diego, entró para dejar de ser la sombra de su hermano y mostrarse como músico.
El hermano de Yasmila, de 19 años la describió como "muy intensa" y su madre dijo que tiene "mucha personalidad y no la van a pasar por encima".
El correntino
También entró Matías Portillo, correntino de 21 años, bailarín de la comparsa Ara Berá, fue presentado como "virgen", aunque el propio joven le manifestó al cronista en estudios que no lo era.
Matías Portillo, tiene 21 años, es de Corrientes y fue el quinto participante en ingresar a la Casa de Gran Hermano 2016.
Sueña con ser galán de novela y dice que nunca tuvo novia y que jamás se enamoró. ¿Un nuevo Matías Schrank?
Belén Cavanay Dalessandro, de 21 años, es una azafata "de mal caracter" que promete ser protagonista del juego.
Así desfilaron el resto de los participantes, como la cumbiera tatuada Azul, y al final ingresó la hermana de Mauro Icardi.
Una vez más, por mas que se diga que par el casting pesan las historias personales, lo que se notó en la selección de participantes fue un criterio estético en donde hombre y mujeres lucen bellos, delgados y sexies. Jorge Rial, el mismo periodista que hace años denostaba este tipo de propuestas televisivas (llegó a decir "Gran Hermano es un canto al nazismo, un canto a los campos de concentración"), volvió a ponerse al frente de la conducción, en tanto Pía Shaw recibía los remises de cada participante.