UNLP: Aporte platense para salvar una isla en Corrientes Un grupo de profesionales de la Facultad de Ingeniería diseñó un proyecto para la construcción de las defensas costeras. En el lugar viven unas dos mil personas.
La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) diseñó un proyecto para la construcción de las defensas costeras de la Isla Apipé Grande, situada en la provincia de Corrientes, donde se asienta el pequeño municipio de San Antonio de Apipé. A escasos dos kilómetros de la colosal represa de Yacyretá, los vecinos del único municipio insular correntino son testigos del continuo proceso de erosión provocado por la fuerza de las aguas del Río Paraná.
La obra proyectada permitirá poner a salvo las costas de los efectos devastadores que provoca el avance del río, especialmente en las épocas de crecida, cuando es necesario liberar agua desde la represa hidroeléctrica. La iniciativa, además de llevar seguridad a los habitantes de Apipé, contribuirá al aprovechamiento turístico y productivo de la localidad.
A pedido de la Entidad Binacional Yacyretá, la unidad académica de la UNLP elaboró una propuesta de ingeniería hidráulica para evitar que durante las crecientes del río Paraná la isla pierda espacios ribereños por acción erosiva de las aguas.
Los ingenieros Roberto Amarilla y Mariano De Dios, profesionales del Laboratorio de Hidromecánica de la Facultad de Ingeniería, fueron los encargados de presentar el denominado "Estudio hidráulico para la defensa costera, embarcaderos y rampas de la isla Apipé Grande.". El equipo de trabajo dirigido por el ingeniero Sergio Liscia, (Director de Hidromecánica – Departamento de Hidráulica), también está integrado por Gonzalo Duró y Esteban Lacunza.
Tras el análisis del comportamiento del río en el tramo del Paraná (desde la central Hidroeléctrica hasta la isla) en base a modelos de simulación por computadoras, los especialistas concluyeron que el sistema de defensa costera más conveniente era la construcción de seis espigones de roca.
La propuesta consistió en la instalación de esta estructura no lineal construida con bloques de roca de entre 16 hasta 60 metros de longitud, perpendiculares a la costa con uno en forma de L, que sirva para albergar un muelle y embarcadero. Esto, sumado al proceso de refulado de arena (proceso mediante el cual se extrae arena del mar y se la deposita sobre las playas, a fin de aumentar sus dimensiones) logrará mantener las costas y evitar la erosión que actualmente los afecta.
La urgente necesidad de la construcción de las defensas costeras es uno de los principales reclamos de los pobladores y autoridades de la isla. Cada creciente obliga a abrir los vertederos de la represa y la fuerza de las aguas arrastra consigo parte de la costa, que es principalmente de arena.
De Dios explicó que "las defensas costeras tienen como finalidad la recuperación de la playa por captación e inmovilización de la arena circulante o bien por refulado de arena de bancos cercanos a los recintos delimitados entre espigones. Las obras previstas contemplan un sector destinado a embarcadero de lanchas y rampas, ubicado en las cercanías de la calle de acceso a la playa de San Antonio, con el objeto de generar un tránsito seguro de personas, vehículos menores y ganado, bajo condiciones ordinarias de niveles del río Paraná".
Y agregó: "es importante destacar que la concepción de esta obra de defensa costera no sólo tiene por objeto proteger la Isla frente a las erosiones -mediante la conformación de escolleras- sino también generar un ámbito recreativo para la comunidad a partir de la recuperación de las playas".
La presentación del trabajo de Ingeniería fue realizada por un equipo de expertos de la UNLP, que junto a consejeros de la Entidad Binacional Yacyretá y funcionarios del municipio de San Antonio recorrieron el sector ribereño para analizar la propuesta.
El casco urbano del municipio de San Antonio, ubicado frente a la represa Hidroeléctrica Yacyretá, tiene una población de 1.200 habitantes, a los que se suman otros 800 en toda la isla, que viven y trabajan, en diversas actividades productivas, como ganadería, forestación y cultivos anuales. La superficie total del municipio isleño es de 27.710 hectáreas.
Todo el territorio guarda un potencial turístico virgen, con riqueza en el paisaje, en flora y fauna autóctona. El turismo de naturaleza o ecoturismo, excursionismo o turismo de aventura, encuentra un cumulo de oportunidades favorables en esta región. El pueblo de San Antonio, actualmente es el único centro poblacional que cuenta con servicios básicos, alojamiento, alimentación y transporte. (Eldia)Martes, 26 de abril de 2016
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