Superclásico, super fiasco Los cuatro cruces del domingo terminaron 0 a 0 y hubo seis en total que no tuvieron goles. Mucha fricción, mucha guapeza forzada, pero muy poquito fútbol. Lanús y San Lorenzo, candidatazos a enfrentarse en la final, fueron los grandes ganadores de la jornada.
Las discusiones estuvieron a la orden del día. de fútbol, muy poquito.
Belgrano de Córdoba y Atlético Tucumán no es un clásico, pero quisieron ser parte y, por lo que ofrecieron en plena disputa, se veía venir el resultado que iba a coronar un domingo negro, gordo de fricción y guapeza teatralizada, aunque flaquísimo de fútbol: otro 0 a 0, fiasco puro y el día se fue sin ninguna flor.
El miedo a perder dominó la escena y se puso muy de manifiesto en la actitud que tomó River, que jugó con un hombre más durante 80 minutos del Superclásico y no sólo no pudo doblegar a su rival en el resultado, sino que tampoco lo hizo desde el juego y -peor aún- ni siquiera desde la intención.
Algo parecido ocurrió en Racing-Independiente. El Rojo necesitaba sí o sí el triunfo para alimentar su ilusión de pelear el torneo y asumió la iniciativa en el arranque, pero se fue diluyendo con el devenir del partido y estuvo muy cerca de caer ante un Racing que tardó en animarse -lo hizo especialmente a partir del ingreso del paraguayo Oscar Romero-, y que entregó la sensación de que no perder ante el adversario de toda la vida era un buen negocio.
Newell's-Rosario Central y -el sábado- Gimnasia-Estudiantes fueron similares entre sí: un local fuera de la conversación por el título que se debatió entre intensidades y tibiezas en su actitud, y un visitante involucrado en la puja por el botín grande que, sin embargo, lució agazapado y con una intención más proclive a cuidar el cero.
Con la forzada etiqueta de clásico, Arsenal-Defensa y Justicia también arrojó un empate sin goles que resultó mucho más doloroso para el cuadro de Sarandí: en su cancha y con un hombre más durante una hora, no pudo romper el cero y se alejó de la punta.
La contracara fue Unión ante Colón: el Tatengue sí aprovechó la superioridad numérica y una pésima semana de su rival (se quedó sin su entrenador, Darío Franco, y sin su figura, Alan Ruiz, en medio de un clima de violencia perpetrada por su barrabrava) para lograr un triunfo de esos que se recuerdan, sobre la hora y con un altísimo componente de emotividad.
Ganaron los que arriesgaron de verdad. Ganó Lanús, que ante Banfield se sobrepuso a una expulsión tempranera y apagó el potencial revés anímico que pudo ser el penal fallado por José Sand, para imponerse con una gran muestra de carácter y juego sobre un rival que sucumbió ante un escenario favorable.
Ganó San Lorenzo, que pese a ser presa de cierto desorden y con una apelación al vértigo más que al funcionamiento logró quebrar a un Huracán que reaccionó recién ante la desventaja. El premio fue la punta.
También hubo goce para Godoy Cruz, que en el duelo cuyano ante San Martín de San Juan arriesgó al nivel de sufrir un mano a mano en contra en la última jugada del partido. Tras el susto, los tres puntos y un sueño que crece cada día más.Lunes, 25 de abril de 2016
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