Lun 25 de Noviembre de 2024
Curuzú Cuatiá - Corrientes
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Vecinos del Bº Ra-Lin: "Nadie nos ayuda, los políticos se olvidaron de nosotros"

(Galería de imágenes) En el acceso oeste de la ciudad de Curuzú Cuatiá, muy cerca del imponente pórtico de entrada, imágen emblemática de nuestra ciudad está el Barrio Ralín. Se trata de un asentamiento humano en el que conviven al menos 30 familias, muchas de ellas numerosas en casillas precarias en donde faltan los servicios básicos.

Detrás del cementerio, el RA-LIN (apócope de Rancho Lindo) se erige como uno de los barrios más necesitados de la ciudad. El mismo quedó "atrapado" por el cementerio, la escuela Juan Balestra, los nuevos barrios de INVICO y el predio de la empresa Mauri. Allí, el terreno es desnivelado, y en partes bajo por lo que a los vecinos se les complica mucho más la vida cuando llueve mucho.

En sus calles, se puede ver la pobreza y la desolación, muy cerca del barrio, al costado del muro perimetral del cementerio, un basurero se yergue, lleno de desechos y cacharros, justo ahora en medio de una epidemia de dengue.

En sus calles el Ralín muestra a niños ataviados con prendas recicladas que juegan, a adultos mayores sentados en los pequeños patios de las casillas mirando el horizonte, a algunos curiosos que entran y salen, y a Juana María Godoy, quien gentilmente invita al equipo de IusNoticias a entrar a su casa, una casilla precaria, modificada en la que se observan muchas plantas, y resabios de varios objetos, es quizá, la única casilla que fue "reformada", ya que muchas de ellas, se encuentran tal y como fueron creadas.

Juana María, contó que tiene ocho hijos. La mujer, quien percibe una pensión del Estado y con eso sobrevive comentó algunos detalles de cómo es la vida para una familia en el Barrio Ra-Lin que lamentablemente supo ser noticia hace un tiempo, por un resonado caso policial.

La mujer narró que ella y su familia fueron desalojados de una vivienda de calle Chiclana al 900, "después nos fuimos a vivir en la casa de mi mamá, pero ella no tenía lugar y entonces vine y agarré una de estas casitas".

Mientras ella cuenta su historia, en la entrada de su humilde casa, los vecinos comienzan a acercarse, curiosamente atraídos quizá por la lente de las cámaras del equipo que comenzaron a disparar hacia todas partes.

En el año 2013 cuando llegó al asentamiento recordó que tenía solamente la casilla, y ella se encargó de ir ampliando el lugar, "yo hice el baño, otra piecita para dormir, y el pilar, cuando puedo hacer algo lo hago", dijo sin resignarse.

"Siempre pedí ayuda al Municipio, y lo único que conseguí fue que el señor Godoy me trajera un camión con tierra, porque siempre que llovía me entraba agua. Otra cosa nunca conseguí", sostuvo la madre de familia.

Al ser consultada sobre la convivencia con los vecinos, la mujer contó que la misma es "buena", y dijo que algunos de ellos tienen trabajo, otros se la pasan buscándolo y muchas veces ella misma, que es pensionada y se "amaña" para mejorar su casilla tuvo que "tomar" a otros vecinos y darles changa para poder construir.

"Las ventanas, el techo y otras cosas tengo que pagarle a alguien, los pisos y otras cosas las hago yo, y a medida que puedo, voy comprando material, y ahora con la escuela y las necesidades de útiles, guardapólvos y zapatillas, es más difícil, todo cuesta un dineral y yo sólo tengo la pensión de madre de siete hijos", relató.

Una de las cosas más sorprendentes que comentó fue que algunos de sus vecinos no tienen baños, y muchos otros tuvieron que construirlo o "amañarse" como ella. El agua potable, la toman de un caño madre que abastece a todos con mangueras de plástico. Uno de los vecinos contó que en verano sobre todo sufren escasez porque un solo ducto no alcanza para abastecer a todos y en el mejor de los casos, la presión es baja.

"En épocas de campaña vinieron los políticos, y estaban preocupados por la placita nomás, de las otras cosas que necesitamos, nadie ayuda".

"Ahora con el tema del dengue aparecieron algunos y me dijeron que teníamos que fumigar las plantas. Yo les dije, fíjense la mugre que hay, de yuyos, ni siquiera quieren ayudarles a la gente para que limpien ellos, porque hubo gente que quería limpiar pero nadie ayuda", concluyó Juana María.

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Jueves, 31 de marzo de 2016
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