Argentina consiguió un triunfo vital ante Chile La Selección remontó un 0-1 en Santiago y, con el peso de sus individualidades, obtuvo un 2-1 gracias a los goles de Ángel Di María y Gabriel Mercado. El resultado le da margen para mejorar.
Ángel Di María acababa de convertir el empate con un derechazo, sí, derechazo, inatajable para Claudio Bravo. La Selección Argentina se ponía 1-1 apenas 9' después de ir perdiendo en Santiago. Y Lionel Messi fue tras la pelota, que había rebotado en la parte interna de la red y volvía. Fue y le dio un zurdazo que la tiró a la tribuna. Un gesto de descarga, de bronca contenida. Esa imagen sirve como medida para entender lo que significaba para la Albiceleste este encuentro ante Chile.
De estar afuera de los clasificados a estar adentro. De las dudas al desahogo. Lionel Messi también lo necesitaba, tras un par de fechas ausente. No fue el mejor de la cancha, pero mostró una imagen muy diferente a la que se observó la última vez que pisó este Estadio Nacional, en la final de la Copa América perdida de 2015.
Lo que parecía un partido abierto a espaldas de los mediocampistas de una y otra Selección se convirtió en una repetición de errores. Tras el gol de Chile, luego de que Felipe Gutiérrez cabeceara solito en un córner ante la atenta mirada de Lucas Biglia, Argentina decidió tapar a sus errores con carácter.
El peso de sus individualidades lo llevó al empate (corajeada de Agüero y definición con clase, y con la de palo, de Di María) e incluso al 2-1, con alta cuota de responsabilidad de Otamendi al ir con todo para bajar de cabeza una pelota en el área, cuyo rechazo de Isla le quedó a Gabriel Mercado, el héroe menos pensado, para meter el gol de la victoria con una pirueta.
Lo cierto es que la victoria tapará, en parte, el bosque. Argentina no la pasó bien. Ni cuando perdía, ni cuando empataba, ni cuando ganaba. Puso tres volantes centrales y no logró recuperar la pelota. Lo sostuvo el muy buen partido de la defensa, con Mercado y Funes Mori como puntales, con Otamendi y Rojo como laderos confiables. Messi influyó en la medida que pudo, manejó los tiempos, encontró espacios e infracciones. Chile sufrió dos bajas por lesión a los 20' del partido, y así y todo empujó lo suficiente como para forzar tres intervenciones decisivas de Romero.
Ahora, espera Bolivia en Córdoba, el martes. Sin Otamendi y Funes Mori, ambos suspendidos por acumulación de amarillas. Sin Lavezzi, en la misma situación. Pero con tres puntos más. No es poco. Tampoco mucho, si no se logra un crecimiento en el juego.Jueves, 24 de marzo de 2016
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