Maradona llegó a Buenos Aires y se mostró feliz 
El ídolo llegó y no se separó ni un instante de su novia, aunque también tuvo tiempo para unas pizzas en la casa donde vivió don Diego hasta el final. Entre Moria, las fiestas y las ganas de reunirse con su hijo Diego Fernando, la idea de casamiento parece quedar en segundo plano.
Parece un chico. De buen humor, distendido, lejos de declaraciones escandalosas y cruces mediáticos, para este regreso Diego Armando Maradona decidió primero y antes que nada, ponerse al día con los afectos. Sin separarse de su compañera, Rocío Oliva, pero siempre custodiado, el crack pasó del aeropuerto de Ezeiza a Villa Devoto, sin escalas. Allí, en la casa donde hoy reside una de sus hermanas y don Diego pasó los últimos días de su vida, el ídolo disfrutó de una jornada relajada con muchas pizzas y sobremesas en lo que pareció ser la primera antesala de las fiestas.
En este sentido, quien llamó la atención de la prensa primero, fue su hija Jana, la joven que durante los últimos meses ocupó buena parte de su corazón, hoy es otra de sus voces de confianza, además por supuesto de su novia y del abogado Matías Morla.
Si bien no quiso manifestar ningún nuevo detalle de su plan de apoyo a Moria Casán y dejar la cuestión entre sus representantes legales, sí trascendió de su interés por reencontrarse en algún momento con su hijo menor, Diego Fernando. Claro que con Verónica Ojeda en la Costa, presta a iniciarse en la temporada teatral del verano, se ignora cuándo tendrá la chance de reunirse con el pequeño.
También, en tren de confesiones, antes de recluirse con sus afectos, Maradona dejó algunas pistas en relación a la oficialización de su presente amoroso. "No habrá casamiento, por ahora está todo más que bien así", habría anticipado el embajador deportivo de los Emiratos Arabes, en el aeropuerto internacional, sembrando un nuevo interrogante, en relación al tan promovido enlace con Oliva.
Habrá que ver cómo se desarrollan los próximos días en la vida de quien además, aspira a ganarse un lugar dentro del corazón de la FIFA. De prosperar su voluntad de comprometerse en serio con las obligaciones que exigen semejante tarea, su romanticismo deberá adaptarse a su esfuerzo.
Como sea, ya entrada la madrugada, tanto él como Rocío y Jana, cambiar la camioneta por su BMW, para dirigirse a Nordelta, su nuevo bunker desde que alterna los compromisos internacionales, con sus cada vez más cortas estadías en el país. Acaso para las mujeres que hoy más lo disfrutan, la prioridad no sea otra cosa que sostener el buen humor y disposición de Diego, a partir de su reciente operación y las obligaciones contractuales que le esperan a partir de 2016. Como sea, el Diego, parece, está feliz.Lunes, 21 de diciembre de 2015
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