Energías Renovables Se aprobó una ley que establece que en 2017 Argentina deberá contar con el 8% de su generación eléctrica a partir de fuentes renovables. Profesionales de la UNNE, aunque consideran de “difícil cumplimiento” dicha meta en tan corto plazo, sostienen que existen las condiciones y el conocimiento para avanzar efectivamente en diversificar la matriz con energías renovables.
Para la región NEA, las energías limpias serían un aporte al déficit energético y la diversificación de la matriz energética local.
El Congreso de la Nación aprobó recientemente modificaciones a la Ley 26.190, de energías, con el objetivo de lograr que en 2017 las energías limpias representen un 8 por ciento de la matriz eléctrica de Argentina con aumentos progresivos hasta alcanzar un 20 por ciento en 2025.
Se establecen para el cumplimiento de la ley distintos mecanismos de promoción para respaldar la financiación de los proyectos de inversión, incentivos fiscales y otras medidas estatales para incrementar la generación y uso de energías renovables.
La Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) cuenta con distintos grupos de investigación y profesionales trabajando en la temática de energías renovables, con miras al aprovechamiento de recursos naturales y energéticos regionales.
Para algunos referentes de la UNNE, es importante la sanción de una Ley que, al fijar la diversificación de la matriz energética, favorezca la posibilidad de trasladar a proyectos concretos el conocimiento generado en la temática.
Si bien consideran de difícil cumplimiento alcanzar los porcentajes de 8% de energías renovables para 2017 y del 20% para 2025, destacan que se debería aprovechar el nuevo contexto normativo para concretar proyectos de generación renovable en distintas escalas.
En el Grupo de Energías Renovables (GER), de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE, los investigadores doctor Arturo Busso, director, y el doctor Luis Vera, miembro investigador, recuerdan que ya en 2006 se aprobó la ley que establecía que para el año 2016 el 8% de la energía debía ser de origen renovable.
Pero el impacto de esa ley dentro de la matriz energética fue bajo, pues, en la actualidad, en el país sólo el 1,3% de la energía es generada por fuentes renovables.
Ahora la modificación de esa ley estableció nuevos objetivos, y desde el GER consideran que, particularmente a nivel local, la falta de políticas concretas de promoción a este tipo de fuentes energéticas, hace que el nuevo horizonte del 8% de energías renovables para 2017 sea algo “muy poco probable” pero instaron a que tan alta meta no sea motivo para no iniciar la concreción de proyectos específicos de energías limpias.
Señalaron que cuando se habla de diversificar las matriz energética con energías renovables se piensa muchas veces en grandes proyectos y grandes inversiones del Estado o las empresas, cuando esa sabido que, a diferencias de otras fuentes de energía, las energías renovables se pueden promover por medio de pequeños proyectos a nivel de provincias, municipios, mediante la incorporación de ciertas tecnologías en viviendas populares, líneas crediticias a condiciones especiales por parte de bancos del Estado, desgravación impositiva a las inversiones para proyectos de generación limpia, etc. entre algunas de las políticas de incentivo que se pueden mencionar.
“Tenemos que pensar en proyectos en micro-escala, más locales, ver las posibilidades y la capacidad real para realizarlos y concretarlos. No pensar sólo en megaproyectos” explicó el doctor Vera, docente-investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y de la Facultad de Ingeniería.
Vera indicó que Argentina enfrenta un problema de déficit de energía, por lo cual el aporte de energías renovables no sólo reviste relevancia desde el punto ambiental, sino que también contribuiría a incrementar la disponibilidad energética.
Detalló que desde el año 1992 al 2012 la capacidad de generación aumento 122% en el país, pero la demanda estuvo muy por delante de la capacidad de generación. En el año 1992 una familia media tenía un consumo de 300 kWh, mientras que en 2012 este consumo pasó al doble.
En los últimos años, en que aumentó la demanda, no se respondió a la misma incrementando la generación sino importando energía. Sólo en 2013, se gastaron 13.200 millones de dólares para importar energía.
“En este contexto necesitamos generar más energía y además hacer más eficiente el consumo. Las energías renovables brindan soluciones en ambos sentidos” expresó Vera.
Pero desde el GER destacan en especial la importancia de las energías renovables como soluciones a nivel regional. El Nordeste (NEA), con alto déficit energético, representa el 7,2% del total de energía que consume el país, por lo que cualquier propuesta de mejora de la generación energética convencional a nivel país es absorbida principalmente por otras regiones de mayores consumos.
“En materia energética debe haber una respuesta con impronta de regionalidad, pues la incidencia del NEA es baja en el mercado energético y a la vez es una de las regiones más deficitarias en disponibilidad de energía. Las energías renovables constituyen una solución de aplicación local pues es energía que se distribuye en el contexto geográfico en el que se produce” sostuvo Vera.
Destacan por ello el potencial para la región NEA de la energía solar, la biomasa, los biocombustibles, entre otros, y señalan que desde la Universidad y otras instituciones se está avanzando a buen ritmo en identificar el potencial de energías alternativas en la región y en la concreción de proyectos “pilotos”.
El doctor Arturo Busso señaló que los proyectos que a manera “piloto” o “pequeña escala” se han realizado desde la Universidad han sido satisfactorios, y ello promovió, por ejemplo, que el GER en materia de energía solar fotovoltaica haya trabajado en articulación con organismos nacionales y provinciales en planes de provisión de energía solar fotovoltaica a viviendas y establecimientos escolares de zonas rurales, entre otras acciones.
También se logró que la UNNE, en el año 2010, sea la primera Universidad del país en contar con un sistema de generación de energía solar fotovoltaica inyectada a la red eléctrica. Desde su puesta en funcionamiento el mismo fue sujeto a continuos estudios y monitoreo y los resultados obtenidos han permitido extraer conclusiones interesantes y de utilidad para otros grupos en lo referido a la interacción de estos sistemas con la red de baja tensión.
Asimismo mencionó que a nivel mundial, en las últimas décadas las energías renovables en muchos países han sido estudiadas y empleadas como opción o complemento a los sistemas eléctricos basados en energías fósiles. Las energías limpias han demostrado que, a largo plazo, son más adecuadas en relación al costo-beneficio, así como para el propio medio ambiente, respecto a las tecnologías tradicionales.
Detalló que implementar sistemas basados en energías renovables de cualquier tipo tiene un costo inicial elevado, pero los beneficios se ven a mediano y largo plazo, porque el mantenimiento es mínimo y una vez cubierto el gasto inicial, la ganancia se ve en la generación y utilización de energía limpia, renovable y de bajo mantenimiento. CAMBIO CULTURAL. Desde el GER remarcan también que debe superarse la visión de que las energías alternativas representan solo soluciones para el ámbito rural debiendo la gente entender que es perfectamente posible difundir e implementar propuestas de soluciones para entornos urbanos, esto es, “generar la energía en el punto donde se consume”.
En la Argentina el 43% del consumo de energía es residencial, y en segunda posición el consumo comercial, lo que remarca la necesidad de soluciones que tengan en cuenta el contexto urbano.
En particular los investigadores del GER bregan por el potencial en la región de la generación de energía solar fotovoltaica que se inyecte a la red energética convencional. “Produzco la energía que consumo y además paso a ser actor de la generación energética”. Pero reconocen que para lograr ese objetivo, se requiere una política de Estado, un rol preponderante de sectores privados y profesionales, y también un cambio cultural por parte de la sociedad.
Ejemplificaron que Alemania educó a los consumidores para correr horario de demanda máxima de consumo, y logró que en algunos horarios el 39% de la demanda esta aportado por energía solar fotovoltaica. El 80% de la población de Alemania tiene algún tipo de sistema solar (térmico o fotovoltaico) en sus viviendas, empresas y otro tipo de edificaciones.
Y aclararon, para finalizar, que “la región de Alemania con mayor recurso solar iguala a la región de Argentina con peor recurso solar”, Entonces, “si los Alemanes apuestan a esas tecnologías: ¿Qué impide que nosotros lo hagamos?”.Martes, 20 de octubre de 2015
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