“Es mi deseo poner toda la Diócesis en clave vocacional” Así se expresó el flamante Obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecin, durante una homilía que pronunció ante una gran concurrencia de fieles que se congregó frente a la Catedral para celebrar el día de la Virgen del Rosario. Ese mismo día, la hermana María Norma Brito de la Congregación de las Monjas Dominicas Contemplativas , celebró sus 25 años de vida consagrada, con una misa que presidió el prelado goyano en el monasterio de Lavalle.
“Cuando Dios y el hombre, varón y mujer, se ponen de acuerdo ocurren maravillas” dijo el Obispo.
En el Año de la Vida Consagrada pidió que “todos entremos a descubrir nuestro lugar en la Iglesia y en la sociedad. Es un año donde tenemos que ayudarnos entre todos a crear la cultura vocacional; porque Dios desde la eternidad ha puesto en el corazón y en el alma de cada ser humano una semilla, un sueño, un proyecto, una ilusión: que cada ser humano tome conciencia y tenga que asumir ese sueño de animarse, como María y como la Iglesia naciente a soñar el sueño de Dios y cuando eso acontece ocurren maravillas”.
“En el ámbito de la Iglesia, Dios nos llama a la santidad, pero, no todos en el mismo estado de vida, en la misma vocación, a muchos bautizados, quizás la mayoría Dios los llama a la vocación laical, a ser luz y sal, fermento en las realidades cotidianas, viviendo en el matrimonio y construyendo una familia, un varón y una mujer que se une, se animan a soñar el sueño de Dios, ese sueño, se abre a la vida y se torna fecundo” dijo monseñor Canecin.
Por otra parte “a muchos otros bautizados en el seno de la Iglesia, el Señor les llama a la vida consagrada, masculina o femenina, por lo tanto, no tendrían que faltar las vocaciones en la Iglesia si los bautizados nos ponemos de acuerdo con Dios” enfatizó.
En otra parte de la homilía, el obispo dijo: “Hoy vemos escases de las vocaciones a la familia, a la vida consagrada, a la vida diaconal o sacerdotal, a la vida misionera, contemplativa, a las múltiples formas de la vida consagrada, faltan porque de momentos estamos soñando nuestro propio sueño y no nos animamos a soñar el sueño de Dios para nuestras vidas”.
“Es mi deseo poner toda la Diócesis de Goya en clave vocacional, para que cada bautizado descubra su lugar en la Iglesia y en la sociedad, que descubra su vocación, en poder creer como creyó María” porque “el sueño de Dios vale la pena soñar, por eso, tenemos que ponernos de acuerdo con Dios para que acontezca las maravillas de que surjan vocaciones a la vida sacerdotal”.
Sobre la realidad diocesana, Adolfo Canecin reiteró “cuantas faltas de sacerdotes tiene nuestra diócesis, tenemos parroquias vacantes, necesitamos urgente vocaciones a la vida sacerdotal, pero estas vocaciones ya están en los niños, adolescentes, jóvenes varones, porque el Señor ya puso esa semilla en el corazón, pero hay que crear la atmósfera, el ambiente, la cultura vocacional, para que germinen y crezcan”.
Remarcó el prelado que “Dios ya puso en el corazón y en el alma estas semillas, hay que discernir hay y hay que rezar”.Martes, 13 de octubre de 2015
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