El Pasajero  (Por Mario Chifflets) No me gusta viajar de noche, mucho menos con mal clima, pero la situación lo amerita. Puse rumbo a Buenos Aires, desde mi Corrientes. La lluvia, comenzó a ponerse muy molesta, me incomodaba conducir, a pesar de las precauciones.
Los relámpagos y rayos iluminaban la oscuridad, casi hasta dejarla de día por un instante, y un segundo después, era más oscura aún.
Ya no es seguro continuar, las banquinas barrosas de la RN 119 no son una opción, ya casi llego al cruce de la 126, allí encontraré una banquina asfaltada e iluminada, y esperaré que calme la tormenta.
Me ciega un relámpago y siento un golpe en la rueda derecha, se desinfla el neumático, balizas, estoy a metros del cruce, alcanzo a ver el daño, pero la lluvia se hace más fuerte, peor aún, se corta la energía y quedo totalmente a oscuras.
Un contratiempo, si, pero las cosas ocurren por algo, me mantengo en calma, esperando que amaine, pasa el tiempo, y lentamente me duermo.
Un enorme silencio me sobresalta, ya no llueve, volvió la energía.
Cuando terminaba de colocar el neumático de auxilio, mientras los relámpagos presagiaban más lluvia, veo una silueta al lado del coche. Me sobresalto, no lo vi llegar.
No sé por qué, una extraña calma en mi interior evita que me ponga en guardia ante la presencia del desconocido.
Un hombre bien entrado en canas, de rostro firme y mirada profunda, con signos de mucha experiencia en la vida, vestía elegante, pero como con ropas muy antiguas o de otra época, botas pantalón camisa chaleco saco y sombrero, pañuelo al cuello.
-Disculpe: voy para Buenos Aires, ¿estoy bien rumbeado? Y señala mi camino
Si si, es para allá
-Si va para esos lares, ¿me podría llevar? Puedo servirle de compañía, veo que viaja solo
No evalué su pedido, ni los riesgos de levantar a un desconocido, solo asentí, ha de saber de cebar mate me imagino, hay que pagar el pasaje abuelo.
-Delo por sentado respondió, mientras esbozaba una sonrisa, gracias
¿Viaja con lo puesto?
-Si, pedí un permiso y allá me esperan, no necesito mucho, solo poder llegar.
No soy de hablar mientras manejo, costumbre de viajar solo y de atender la ruta.
Ya en marcha, unos km más adelante, recordé que voy acompañado, le echo una mirada de reojo, se lo veía asombrado, con el cinturón de seguridad, los botones y las luces de tablero, ¿velocidad? Casi 100km/h, era de noche y llovía nuevamente, aunque la claridad venía asomando.
¿Viene cómodo? Lo veía sujetado al asiento -Si, va un poco rápido nomás
¿? 95 km ¿rápido? ¿En el siglo 21? ¿En que anduvo este hombre, en carreta? apenas llovizna. Pensé para mis adentros Pero no quise incomodar haciéndole una pregunta jocosa.
Ya con luz de día, veía al anciano que no le alcanzaban los ojos para observar las forestaciones, las quintas…
-¿qué es eso? Que alineados están, cuanta fruta… ¿? ¿De dónde lo saqueee? ¿Justo a mí? ¿Quién me manda?….
Le comencé a dar respuestas cortas, parecía un niño preguntando y me divertía satisfacer su curiosidad. Llegamos al primer peaje
_¿Y eso?
Aquí le cobran para poder usar el camino, es un impuesto (para hacerla corta)
_AH!!!
Me acerco a la cabina lentamente, saludo de cruce al operario, se levanta la barrera y sigo
-Ud. debe ser alguien importante, no le cobraron y lo dejaron pasar.
Jajaj (tengo telepeaje) no conteste, seguí riendo.
_Cuánto ha cambiado todo, en mis tiempos todo era distinto, se ve mucho progreso, ojalá hubiera tenido estas carreteras y estas riquezas a disposición.
¿?? Pero Ud. a que se dedicaba, tampoco es que sea tan mayor (por respeto no pregunté su edad)
-Tengo más años de los que cree, serví en el Ejército, y no me fue mal, dediqué mi vida por la libertad de mi país, por hacerlo grande…
¿En qué regimiento estuvo?
-Formé parte de muchos, pero el que llevo en el corazón, son mis granaderos.
Los del general San Martin, conozco un poco la historia.
- Veo que me conocen, si, esos, los extraño y voy a verlos y también como está ese Buenos Aires.
Lo escuchaba nostálgico mientras seguíamos devorando km de ruta entre preguntas y respuestas, iba tan compenetrado en ellas, que no me di cuenta, que la ruta era solo nuestra, sin tránsito, en ningún sentido, ruta y paisaje se habían transformados en un túnel nebuloso, como estar suspendido en tiempo y espacio.
A la vera de la autovía 14 solo se veía progreso y tierras trabajadas casi nada de algo modesto o pobre.
_¿Está toda así mi Argentina?
¿?? No abuelo, también hay mucha miseria, nuestros gobernantes dejan mucho que desear, mucha gente sin trabajo - ¿Y de que vive esa gente?
El gobierno les da dinero para ayudarlos
-¡Qué bien! y cuando trabajan lo devuelven... Jajja Noooo, que va, solo les da.
_ Pero ¿qué hacen a cambio? Nada.
_¡No puede ser! (Lo noto descontento, como ajeno a la realidad, como si hubiere vivido totalmente aislado por años)
_ ¿Por qué me dice abuelo?
Disculpe, solo por respeto a su edad, como no le había preguntado…
_José, responde.
Mario es el mío, ¿le parece que tomemos unos mates?
_Pero está todo mojado, ¿dónde vamos a prender un fuego para calentar el agua?
¿?? Jajá como me divierte este tipo, paro en una estación de servicio.
$5 el agua caliente, traiga cambio por favor, rezaba el cartel Le paso el termo, un billete de 5, pídale en el mostrador el agua,espere, le doy más dinero, tráigase unas tortas fritas, que seguro las tienen recién hechas, calentitas.
Minutos después, vuelve examinado el billete de 5, _Éste sobró, ¿me lo regala? Estoy parecido, como en mis años mozos y tiene mi nombre.
¿??? Miro el billete, está el General San Martin, Si mi General, como no, le digo sonriendo.
Uyyy ¡!se cree San Martin, (rio para mis adentros y decido seguirle la corriente, nunca se sabe), eso sí, ceba unos mates espectaculares, y la charla viene buena y entretenida a la vez, Pero desde que comenzamos a hablar de política, más que curioso, lo noto preocupado, hasta diría: dolido.
_Cuánta mezquindad, que poca vocación de servicio, cuánto sacrificio desperdiciado.
Asi es mi general, pero también hay gente buena, que ama esta tierra, respeta nuestra historia, que madruga y no le saca el hombro, y son los más, pero nos gobiernan los menos. A la clase política les falta poner a la patria por delante, están cegados por el egoísmo y la ambición de poder.
_Tantas luchas, tanta sangre derramada ¿para esto? ¿Qué les pasó?
Avaricia y poco amor a la patria mi general, porque riquezas hay, es más sobran…
Luego de un largo silencio encaramos los puentes de Zarate - Brazo largo; las arrugas de preocupación y de los años se les fueron, de tanto que abrió los ojos.
Por un desvío, debimos tomar la ruta 6 en la rotonda al bajar del puente. Ahora en el paisaje, se mezclan progreso y miseria, fiel contraste de nuestra realidad.
Que le asa José, lo veo pensativo.
_Es que no entiendo, ¿por qué, con tanto progreso hay gente tan pobre?
Me pareció ver una lágrima bajar por su mejilla.
Ya en la 9, volvían los paisajes alentadores, pasando escobar ya es casi todo poblado.
_ ¿Qué es esto? ¿Ya estamos en Buenos Aires? En la provincia si, aun nos faltan unos 65 km para llegar, volvía a ser un niño mirando por la ventana.
_ ¡Cuánto ha cambiado!!! ¿A qué parte de Buenos Aires va? .Vengo con tiempo de sobra, lo voy a acercar, para que no se pierda, no vaya a ser que le pase algo, jamás me lo perdonaría.
_Quisiera ir a mi regimiento, y al cabildo, en cualquiera de los dos lados me queda bien.
De Buenos Aires ,conozco lo justo y necesario, pero al cabildo se llegar...
Cortes y desvíos de por medio, llego a Retiro, busco dirigirme hacia Paseo Colón, el tránsito es un caos; José, está con una mezcla de sorpresa y fastidio, por lo que ve…
Decido tomar otra calle, cruzo Av. Libertador intentando zafar el bloqueo, mala idea, me atasco frente a plaza San Martín _Esto, ¿es así siempre?
Casi, ya es una mala costumbre, cortar para protestar, reclamar por todo…
_No entiendo, no entiendo, ¿tan mal estamos? Ni sí, ni no, problemas hay, pero pareciera que no se quiere encontrar la solución.
La mayoría de estas personas, solo buscan que les den más dinero; están manejados por otros, que los usan para sacar algún tipo de provecho propio.
Al escuchar eso, se quiebra, cae envuelto en una enorme tristeza, veo un espacio, me estaciono, intento calmarlo, venga, caminemos, tome aire, lo llevo a la plaza, al pie del monumento, alza la mirada y exclama...
_¡Que corta es la vida, para luchar por esta tierra!, si pudiera continuar….
Siento que se me estruja el alma al escucharlo, me golpea su desilusión.
José, Ud. ya cumplió, nos toca a nosotros seguir la lucha, a nuestros hijos, debemos rescatar los valores de nuestros próceres, aprender del pasado para construir el futuro. Al escuchar eso, le volvió la calma.
_ ¿Qué es eso? Y señala es cenotafio de Malvinas Esta erigido en honor a los que ofrendaron la vida luchando en Malvinas.
_Malvinas, si, las recuerdo, Ve la guardia de granaderos, se pone firme, y hace un saludo militar.
Me pareció escuchar los latidos de su corazón al reconocer esos uniformes tan arraigados en él.
Vemos un niño caminar de la mano de su padre, frente a los mármoles que inmortalizan a nuestros héroes, buscando un nombre en particular, lo hallan,
(( Acá esta, él, es tu abuelo, el niño besa el nombre escrito, pega una flor, mientras exclama:
¡te quiero abuelo!¡gracias!
José, al ver la escena, completa su calma.
_Tenés razón, hay esperanza, mientras haya buenas semillas, siempre se puede volver a sembrar un bosque, siempre se puede…
Seguimos camino.
_ ¿Falta mucho para el cabildo? No, ya estamos cerca. El tránsito había desaparecido, la ciudad era solo nuestra (raro ¿no?)
Llegando a Casa Rosada, está todo vallado y debemos caminar esos pocos metros hasta el destino. Allí, allí está el cabildo le digo
_ ¿Qué paso? Qué chiquito está, lo recordaba distinto, decía mientras transitábamos la Plaza de mayo. Debemos detenernos: José, espere, hay cambio de guardia en la catedral.
Nunca lo vi, aprovechemos y disfrutemos el momento, luego seguimos.
Miré con ojos de turista ese solemne acto; de gran significado histórico; es emocionante cuando se conoce la historia, ver pasar a esos granaderos camino de la catedral.
José los mira, con añoranza, ver los uniformes de esos 7 granaderos, lo vuelve a emocionar hasta lo mas profundo de su ser.
Al pasar frente nuestro, extrañamente, salen del protocolo, hacen vista derecha hacia nosotros.
Se siente la conexión, al ver el saludo uno de José Terminado el relevo, me pone una mano en el hombro, me mira fijamente a los ojos:
_Gracias amigo, aquí me quedo, estoy un poco cansado. Vi lo que necesitaba ver: que hay esperanza, anhelos y fuerza para construir; el niño con su padre y tus palabras me lo demostraron.
Me da un abrazo interminable.
Me quedo sin palabras, José, cruza la calle hacia la catedral, le doy la espalda alejándome lentamente, y aún sintiendo ese abrazo fraternal.
¡ATENCIONNNN! ; ¡FIRRRRMES! Escucho el ruido de los tacos al chocar entre sí.
_Bienvenido mi General, lo estábamos aguardando Giro; no doy crédito a mis ojos: 7 ancianos, vestidos de granaderos, con uniformes roídos por el uso y el tiempo abrazaban a José.
Toc, toc, toc, señor, señor: ¿se encuentra bien? Abro los ojos, mis mejillas estaban bañadas de lágrimas, y el corazón latía a 120 ¿Está bien?, vuelve a preguntar, había un patrullero, estoy en el km 404 de la autovía 14, ya no llueve.Lunes, 15 de agosto de 2022
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