River igualó ante Lanús 
Nicolás Aguirre abrió el partido con un tiro libre a 30 metros de distancia y Rodrigo Mora, que ingresó en el segundo tiempo, lo igualó tras un centro de Pisculichi. El "Millonario" fue protagonista pero no pudo resolver en los últimos metros.
Sin claridad en los últimos metros, River igualó ante Lanús
Marcelo Gallardo, aunque probablemente no lo admita, debe estar preocupado. Debe afrontar un desafío de los más difíciles en el deporte: reinventarse. Ya superó con éxito la etapa de ganar títulos. Ahora entró en una nueva era: lograr que River, su River, despliegue un juego atractivo, interesante y efectivo. Lo consiguió apenas asumió, pero después, hábil, construyó una versión más combativa que le dio muchas alegrías a los hinchas. Ahora, como el arquitecto que mueve los muebles una y otra vez, el "Muñeco" debe cambiar. Contra Lanús, en el empate 1-1, mostró un bosquejo de lo que pretende.
La primera medida fue desarmar el doble cinco ícono del planteo de lucha. Leonardo Ponzio le dejó su lugar a su tocayo, Pisculichi, que se erigió como enganche. Arriba, con Lucas Alario, estuvo Tabaré Viudez. Pero el "Millonario" cayó, nuevamente, como ante San Martín de San Juan, Boca y Huracán, en la trampa del rival: le dieron la pelota, lo esperaron en los últimos metros, encerrados, y River no supo resolver. River no sabe ser protagonista de los partidos. River no sabe desarmar el acertijo en los últimos metros. Nicolás Bertolo y Viudez, los asignados de la noche para hacer esa tarea, no aportaron nuevas variantes.
Con ese panorama, con un equipo que mete a los once jugadores en el campo rival, Lanús salió a jugar de contra. Emanuel Mammana y Éder Álvarez Balanta dejan una estancia entre sus espaldas y el arco de Marcelo Barovero, donde delanteros rápidos —Lautaro Acosta, por ejemplo— pueden causar estragos. Sin embargo, el "Granate" no generó situaciones de peligro. La lesión de Acosta -a quien le cometieron una falta en el área que Diego Ceballos no sancionó- al principio del encuentro dejó la incógnita. Quizás con él la historia cambiaba. El gol fue un tiro libre descomunal de Nicolás Aguirre inatajable para "Trapito".
El tiro libre también fue la vía a la que recurrió River para empatar el partido. Pisculichi, como en gran parte del año pasado, acarició la pelota que encontró el pie de Rodrigo Mora. Y nada más.
Posesión, velocidad, pero oscuridad en la cercanía del área. A River, que lleva cinco encuentros sin ganar como local, le falta rebeldía: un jugador que rompa con gambetas o un pase entre líneas, y salir de la monotonía del juego horizontal. Está la materia prima para hacerlo. Gallardo sabe que la tiene. Y en eso trabaja.Lunes, 21 de septiembre de 2015
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