El vino sería obligado a aportar $600m al deporte La iniciativa presentada al Congreso intenta financiar la actividad deportiva con un gravamen a las bebidas. Asignación por hijo. La industria del vino no para de recibir palos y trabas para poder desarrollar y organizarse en uno de sus momentos más críticos. Y es que se confirmó esta semana que entró finalmente al Congreso el proyecto de ley impulsado por el diputado del Frente para la Victoria (FPV), Mauricio Gómez Bull, para reformar la actual Ley de Deportes con fondos que vendrían -entre otros- del vino. Y que según estimaciones, el sector aportaría cerca de $ 600 millones.
Dicho proyecto tiene entre sus finalidades “universalizar el deporte” y crear un Ente Nacional de Desarrollo Deportivo (Enaded) -que contempla la creación de la “Asignación Universal por Hijo en el Deporte”. Esta nueva asignación se financiaría vía el gravamen del precio de las bebidas alcohólicas, analcohólicas y energizantes con $ 0,45 así como a partir de una alícuota de 1,5% sobre la venta de cigarrillos.
Asimismo, el impuesto alcanzaría a todas las presentaciones, es decir que pagaría lo mismo una botella de 2,25 litros que una lata de 354 centímetros cúbicos.
En este sentido, entidades vitivinícolas se mostraron más que en alerta y totalmente disconformes ya que dicho tributo impactaría en el precio final del vino, el cual -como se conoce- ya posee una presión fiscal importante, afectando gravemente el precio final del producto.
Según indicaron desde el sector, dicho tributo recaudaría unos 4.000 millones de pesos y de estos, 600 millones de pesos debería aportar la vitivinicultura. Según Gómez Bull -referente de La Cámpora y presidente de la comisión de Deportes de Diputados- el origen de los fondos “es una carga parafiscal no un impuesto porque tiene una dirección específica”.
El proyecto, que tiene como finalidad administrar un fondo económico destinado al deporte y a la actividad física, ingresó el pasado lunes a través de la Cámara de Diputados y fue girado a las comisiones de Deporte y de Presupuesto y Hacienda, que en principio tratarían la iniciativa la semana próxima.
Más allá de que la finalidad que se propone es interesante, la medida ha generado disconformidad entre los dirigentes de la vitivinicultura por el modo en que se van a buscar los fondos.
Carlos Iannizzotto, de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), remarcó que esta medida que considera financiar la infraestructura del deporte con el consumo de alcohol y tabaco no está mal pero que “no se puede englobar al vino dentro de todas las bebidas ya que la vitivinicultura, a diferencia del resto, es una economía regional que tiene valor agregado”.
Lo mismo opinó Sergio Villanueva, gerente del Fondo Vitivinícola, quien agregó que “considerar a todas las bebidas en un sólo proyecto es un despropósito, sobre todo teniendo en cuenta que cada una de ellas tiene una cadena de costos diferente al vino”.
“Vino, bebida nacional”
Por ley 26.870/13 el vino fue declarado bebida nacional y por tal motivo su objetivo fue difundir las características culturales que implican la producción, elaboración y consumo de vino argentino y el desarrollo de las economías regionales a partir de acciones relacionadas con actividades de servicios vinculadas al sector vitivinícola.
En base a esto, desde las entidades vitivinícolas calificaron como “absurdo” y “contradictorio” dicho gravamen ya que rompe con el espíritu de la ley 26.870/13. Además, recordaron, que la categoría vinos está excluida de la ley de impuestos internos, razón por la cual genera aún más distorsión.
Según Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, esta nueva ley “agrava la delicada situación de la industria vitivinícola que se ha visto perjudicada severamente por la pérdida de competitividad y mercados, con bajos precios al productor ya perjudicado con costos crecientes, bajos rendimientos y una inédita presión tributaria”.
Asimismo, al igual que su colega, Sergio Villanueva precisó que “gravámenes de esta naturaleza terminan siendo soportados por el eslabón más débil de la cadena, es decir por el productor a quien se le transfiere el impuesto mediante la disminución del precio pagado sea por la uva, el vino o el mosto”.
Con respecto a lo que recaudaría dicho impuesto, estimó Villanueva que en total sería cerca de 4.000 millones de pesos y la industria del vino aportaría cerca de $ 600 millones ya que el mismo recae sobre todos los vinos fraccionados sea cual sea su tamaño. “Teniendo en cuenta que las botellas de vino en su gran mayoría son de 750 cc y también hay envases más pequeños, tetra brik, entre otros; se puede estimar que esa cantidad de dinero es lo que desembolsaría la industria vitivinícola”, puntualizó el gerente del Fondo Vitivinícola.
A su vez, Sosa detalló que indefectiblemente “el comercializador de vinos intentará transferirlo al consumidor porque el impuesto afectará a los sectores de más bajos ingresos dado que casi el 80% del consumo de vino en Argentina se ubican en una franja de precios que no superan los $ 17 por litro”.
Los dirigentes de los entes vitivinícolas manifestaron que los diputados nacionales están al tanto de su disconformidad y de cómo este nuevo impuesto afectaría aún más los costos del sector. Según Villanueva, ayer Guillermo Carmona -diputado local del FPV- les hizo llegar calma y les dijo que “con todos los pares de Mendoza, hacemos lo posible para que se modifique o no se apruebe”. De este modo, el dirigente dijo: “Esperamos que todos los Gobiernos provinciales que tienen principalmente a la industria en su economía se expresen públicamente”.
Concordó Iannizzotto y dijo que el pedido concreto que elevaron es que no se tome a una economía regional, de matriz productiva e identidad nacional, como al resto de las industrias y principalmente, “por el momento que atraviesa el sector, en relación a la pérdida de empleo y capital lo que va a terminar perjudicando al productor y castigando al consumidor”.
Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, también se mostró preocupado por la iniciativa y observó que así se incrementaría aún más la presión impositiva de tiene la industria.
“El sector tiene diversidad de características diferenciales, como el hecho de que emplea mano de obra intensiva, genera valor agregado, tenemos una ley de bebida nacional, que cuando se consume de manera responsable es bueno para la salud y y podría seguir enumerando cualidades”, expresó Pina quien le trasladó dichos conceptos a los diputados de provincias vitivinícolas.
Para él. es “inconcebible” que se ponga a todas las bebidas en la misma bolsa”. Puntualizó: “Entendemos que los recursos del Estado no están siendo administrados y, en busca de caja, realizan cualquier tipo de carga tributaria”.
Finalmente, el gerente de Acovi afirmó que esperan que el proyecto se frene o se modifique exceptuando al vino; “ya que por lo que sabemos, se está trabajando rápidamente en las comisiones y como pasa con todas las medidas camporistas, de un día a otro se hacen efectivas”.Miércoles, 16 de septiembre de 2015
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