Entre el caos y la solidaridad
Quienes sobrevivieron sin lesiones graves al terremoto no tienen tiempo para hablar: “Hemos ayudado todo el día quitando escombros. Todavía hay gente atrapada. Hay edificios que se han caído a lo largo de la noche y se siguen cayendo. La situación está crítica y se necesitan manos”, dijo uno de ellos.
Rescatistas, bomberos, policías y soldados ayudan a los sobrevivientes junto a personas voluntarias.
También ahorran energía y, entre los postes derribados, piden conversaciones cortas para no agotar la batería de sus celulares. Hasta ahora el terremoto de 7,1 grados de magnitud ha dejado más de dos centenares de muertos y un número aún mayor de personas que se abalanzan a las calles para buscar cómo ayudar.Jueves, 21 de septiembre de 2017