Dos renuncias, mucho ruído La eyección de Sabor, cercano al moyanismo y a Luis Barrionuevo, se habría producido a consecuencia de "fricciones internas" dentro de la cartera de la calle Alem. La situación de Scervino y todos los pormenores.
Mientras el gobierno admite que habrá que ‘esperar’ para una nueva convocatoria al diálogo al sindicalismo, uno de los jefes de la CGT, Juan Carlos Schmid, sostiene que resultaría ‘lo más saludable’ que se concrete antes del 25 de septiembre cuando la central obrera realizará un comité confederal que discutiría un llamado a un paro general al tiempo que considera una lógica ‘reacción’ de Mauricio Macri la salida de dos funcionarios vinculados al gremialismo porque ‘molestó’ la protesta en Plaza de Mayo.
La multitudinaria marcha del último martes generó la salida del viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor, y del Superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino, un dirigente acercado al gobierno por José Luis Lingieri (Obras Sanitarias) y que coordinó la devolución a los sindicatos del dinero de las obras sociales retenidos por el estado.
Empero, la eyección de Sabor, cercano al moyanismo y al gastronómico Luis Barrionuevo, se habría producido a consecuencia de ‘fricciones internas’ dentro de la cartera de calle Alem.
‘Triaca le dijo que tenía que renunciar por lo de la marcha pero los motivos hay que buscarlos en otro lado, en diferencias con el ministro, y tuvo el aval del propio Macri. Ezequiel tenía relación con los gremios porque atendía los conflictos. Y estaba bien el gabinete: con el vicejefe de gabinete (Mario) Quintana estaba trabajando por ponencias en el G20’, reconstruye una fuente gubernamental ante la consulta de este diario.
En este aspecto, coincide el triunviro de la CGT, Juan Carlos Schmid, que asimila al ex secretario de Trabajo ‘a la Fundación Pensar (del PRO), por lo que sabemos se fue por barullo interno’.
En diálogo con este diario, el jefe sindical observa que el gesto de autoridad de Macri se produjo porque ‘un amplio sector del gobierno se sintió molesto por la marcha y hubo una reacción en este sentido. No lo veo como enemigo pero confrontamos por la política económica que llevan adelante’. Campechano, dice que ‘la moneda no le alcanza nadie y todos los que tienen padres saben las penurias que pasan los jubilados’.
Sí se muestra molesto por la salida de Scervino, un técnico especializado en temas de seguridad social. ‘Estaba especializado en eso. Por una reacción se tira del mantel de la mesa y caen la tasa y todo lo que está arriba’, grafica.
Respecto a la posibilidad que el Ejecutivo ‘pise’ la devolución de los millonarios fondos de las obras sociales, Schmid arriesga que ‘en ese caso repetiría el mismo esquema de amenazas que tenían otras administraciones. No son recursos del estado sino de las obras sociales’.
Con todo, se muestra conciliador frente al endurecimiento de la postura del oficialismo: ‘me atengo a lo que dijo el ministro (Triaca) de que el diálogo no se rompe. Sería lo más saludable que se convoque antes del 25 de setiembre pero deberá hacerse por vía institucional: es decir deben llamar a la CGT y no por separado’.
Respecto a la realización de dicho comité confederal en la sede de calle Azopardo, el titular de Dragado y Balizamiento expresa que ‘más allá de al representación de los gremios grandes es un órgano bastante igualitario. Es fácil descargar toda la responsabilidad en el triunvirato pero no podemos quedar prendidos en las ilusiones. Las medidas de fuerza deben ser acompañadas por la estrategia sino siempre estaremos corriendo detrás del paro y la movilización’.
Y, al ser consultado sobre las tensiones existentes en el seno de la central obrera, Schmid opina que ‘son las mismas líneas internas que estuvieron antes de la ratificación del triunvirato, en otros tiempos tal vez estaban más invisibles. Creo que lo mejor es que vayamos madurando la decisión de que haya un solo secretario general pero éste no es el momento más oportuno’.
En el gobierno, en tanto, insisten en explicar la salida de los dos funcionarios ‘porque no se puede estar en la misa y en la procesión al mismo tiempo’. Un día después de la salida forzada del gabinete de Scervino y Sabor, un funcionario remarca que ‘más que un gesto de autoridad, había una contradicción en la postura de ambos. O trabajaban para el gobierno o estaban el plaza’ protestando.
‘Ahora hay que barajar y dar de nuevo.Hay que es esperar un poco’, respondió al ser consultado sobre si el Ejecutivo iba a retomar el diálogo con la CGT antes del confederal del 25 de setiembre en el que se daría comienzo al amañado ‘plan de lucha’ anunciado el último martes en el escenario de la plaza de Mayo.Jueves, 24 de agosto de 2017
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