Vaticano estudia excomulgar a los corruptos y a los mafiosos El Vaticano anunció hoy que estudia, a nivel internacional y según la doctrina jurídica de la Iglesia, la posibilidad de aplicar la excomunión a personas que incurran en corrupción, en el crimen organizado y la asociación mafiosa.
Esto como resultado del primer “Debate Internacional sobre Corrupción”, que tuvo lugar el pasado jueves 15 de junio en la Casina Pío IV, un edificio histórico ubicado en el corazón de los Jardines Vaticanos, y que fue convocado por la Academia Pontificia para las Ciencias Sociales.
Como parte de ese encuentro se conformó un grupo de trabajo estable que elaborará un breve “texto compartido” que guiará trabajos sucesivos y futuras iniciativas en el campo del combate a la corrupción.
La reunión convocó a unas 50 personas entre magistrados anti-mafia y anti-corrupción, obispos, personalidades de instituciones vaticanas, jefes de movimientos, víctimas, periodistas, estudiosos, intelectuales y embajadores.
Entre ellos destacaron dos mexicanos: Raúl Vera, obispo de Saltillo, y Rafael Ibarra Farfán, responsable de los programas sobre cultura de la legalidad en la asociación México Unido contra la Delincuencia.
“La lucha a la corrupción y a las mafias, se dijo, es una cuestión no solo de legalidad, sino de actitud civil”, indicaron los organizadores.
El otro ente vaticano responsable de la organización fue el Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, que es guiado por el cardenal africano Peter Turkson.
“Pensamos en este encuentro para hacer frente a un fenómeno que conduce a aplastar la dignidad de la persona. Nosotros queremos afirmar que no se puede jamás negar u obstaculizar esta dignidad, por eso queremos llamar la atención sobre este argumento”, explicó el purpurado.
Por su parte, el arzobispo Silvano Tomasi, secretario del dicasterio, precisó que el objetivo del debate es sensibilizar a la opinión pública además de identificar pasos concretos que puedan ayudar a la promulgación de leyes contra la corrupción, una “termita” que “arruina las relaciones entre las personas y las instituciones”.
“Por lo tanto el esfuerzo que estamos haciendo es el de crear una mentalidad, una cultura de la justicia que combata la corrupción para ayudar al bien común”, apuntó.
Si bien la criminalidad organizada es considerada un pecado grave, las normativas de la Iglesia no contemplan –hasta ahora- que quienes incurren en ella sean excomulgados, la peor sanción que puede aplicársele a un católico.
Según el Código de Derecho Canónico, la excomunión es una “pena medicinal” que implica prácticamente la expulsión de la vida de la Iglesia a una persona, a la cual le son suspendidos todos sus derechos dentro de la comunidad católica.
Empero, no es posible compararla a una “pena de muerte del alma” ya que el excomulgado puede volver a ser admitido en la Iglesia si se compromete formalmente a abandonar el estado de cosas que lo llevó a ser sancionado.
Según la tradición eclesiástica, la excomunión es aplicada a los actos considerados gravísimos como el aborto (que para la Iglesia es el asesinato de un inocente indefenso) o la ordenación de un obispo sin la autorización expresa del Papa.Sábado, 17 de junio de 2017
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