"Nunca hago nada de taquito" El actor se pone la camiseta de la ficción mas vista de la actualidad hasta que arranque un nuevo proyecto de Pol-Ka. Explica que la comedia le permite estar más relajado que en las novelas y señala que ya no le importa que le digan galán. "Ya no me preocupo por nada. O me preocupa lo que me tiene que preocupar".
Invitado a participar especialmente de Las Estrellas, la nueva tira de El Trece que desde hace dos semanas copó el espacio del prime time, Luciano Castro, se carga al hombro y pone la camiseta el producto con entusiasmo de principiante. Pero, muy lejos de ello, el protagonista de tantísimos sucesos como LaLola, Valientes, Sos mi Hombre, Señores. Papis, Herederos de una Venganza, y el anterior Los Ricos no Piden Permiso, se nota más afianzado que nunca y en plena madurez.
“No tenía idea de hacer televisión hasta que Adrián (Suar) me convocó para que me sumara como Actor invitado. Es una participación por lo cual como yo me iría a trabajar a un proyecto para la misma empresa quedó así. Si me quedo acá no me molestaría tampoco nada”, asegura este actor que, esta vez, le toca colocarse en la piel de Mariano Montenegro, un remisero que luego formará un triángulo amoroso con dos de las hermanas de la trama.
Junto a Esteban Lamothe, Gonzalo Valenzuela y Rafael Ferro como algunas de las figuras masculinas que acompañan a Celeste Cid, Marcela Kloosterboer, Natalie Pérez, Violeta Urtizberea y Justina Bustos en la ficción que nuclea a las hermanas Estrellas en torno de una herencia en la que se unirán para administrar, Castro, siente que en la actuación nada está asegurado y debe conquistar al televidente una y otra vez.
“Para mí todo es empezar de nuevo realmente. Pol-Ka te da un piso de respaldo y los conozco a todos y estoy re cómodo, pero son compañeros nuevos, otro género, otra cosa. Definitivamente es otra cosa. Todo es nuevo. Hay que poner huevos, ganas, voluntad hasta que te digan: ‘bueno, mañana no vuelvas más’”, dice con gracia quién se toma cada labor como un reto nuevo a perseguir.
“Lo de ‘participación especial’ se puede leer como algo que uno hace de taco, pero nada que ver. Yo no soy un tipo que va un rato y se va. En mi caso: yo vengo a dejar todo como siempre. Estamos acostumbrados los actores, hacemos trece o catorce horas de grabación y no nos enteramos. Los viernes que hacés teatro, en mi caso al menos, son catorce horas que le pegas derecho”, señala convencido el hombre que además encara un desafío teatral con la pieza Juegos de amor y de guerra, dirigida por Oscar Barney Finn en el Centro Cultural de la Cooperación.
En medio de adhesiones a las historias extranjeras, el muchacho que participó en la apertura de Show Match con un paso de comedia junto a Marcelo Tinelli, defiende a capa y espada la ficción nacional. “Todos los que estamos acá lo damos por descartado que hay que apostar a la ficción argentina porque somos actores, porque somos argentinos y porque queremos a la ficción. Sea el género que sea, sea unitario tira, para cine, para teatro. Lo doy por sentado que hay que apoyarla”, relata respecto a las ficciones en general y en particular a la de Las Estrellas, ideada por los libros de Marta Betoldi, Mara Pescio y Santiago Guerty, que supieron encontrar el personaje elegido para que Luciano regrese a la pantalla de El Trece mucho antes de lo previsto.
“Pensamos en hacer algo turco, pero no pudimos... no nos creció la barba”, se ríe con fuerza en referencia a la actual predilección del público. “Lo elige la gente. Eso es lo que hay que entender. Las latas se ven y hay que entender que es así... por algo las deben mirar. Novelas dobladas, con actores que no conocen, hay un montón de factores que no se entienden, pero la gente las mira, esa es la verdad. Algo bueno tendrán. Eso es lo que hay que comprender. Nosotros tenemos que tener una propuesta mejor, más argenta, que la gente se siente identificada, que guste y ya está”, acuerda consciente de la cruda competencia que asoma por doquier.
“Hay un montón de cosas nuevas; el cable, lo digital. Antes la competencia era mucho más escueta, o como se decía, los que están en la vereda de enfrente. Hay mucha competencia por todos lados y esa es la verdad. Ahora hay muchas veredas, ahora es un barrio privado”, sonríe. Si bien, él dice no estar pendiente de las cifras de rating, sabe que la televisión exige productividad inmediata y no hay demasiado tiempo para la revancha.
“Si nos va bien dormís mucho mejor. Esa es la pura verdad. Todos queremos que nos vaya bien y las presiones son muchas”, confiesa este intérprete que se reencuentra con Celeste Cid tras la telenovela Sos mi Hombre que hace tiempo atrás protagonizaron. “Esta es una comedia. Hay toda una diferencia. En lo otro había una carga en cada palabra que era insoportable. Acá no; estamos muy relajados. El culebrón tiene que ser fogoso, tiene que ser sexual, erótico, tiene que ser dramático, es una angustia constante. El culebrón está muy subestimado, pero es muy complicado y agotador. No se puede de taquito hacer un culebrón como el que armamos con Celeste. Tenés que decir textos que no los podés decir. Acá en Las Estrellas como es comedia es más relajado. Hay una impronta nuestra en todo lo que decimos”, explica este protagonista que, enhorabuena, dice haber aprendido a separar los tantos y a alinear las prioridades. En ese tren, ya no le importa que lo tilden de mero galán ni lo que se diga de él. “No me importa, no corre por mi cuenta eso. Corre por la cuenta de quien lo hace o lo dice. La verdad yo soy un agradecido. Me siento un agradecido”, dice contundente.
“Tengo 42 años, tengo tres hijos, una esposa hermosa, laburo de lo que estudié. Soy un privilegiado en un país donde ser un privilegiado ya es un lujo. No me molesta ni que me encasillen en la tele, ni que me digan galán, galancito, galanzote, bolu, ya no me preocupa nada. Me preocupa lo que me tiene que preocupar. Punto. Y lo que me preocupa por demás, bueno; lo arreglo como puedo”, expresa Luciano notablemente bien plantado en su lugar.Domingo, 11 de junio de 2017
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