Guns N fuckin’ Roses La banda californiana volvió a la Argentina, después de 23 eternos años, en el marco de la gira “Not in this lifitime” y nos voló la cabeza. Ver a Axl, Slash, Duff y encima un rato a Steven Adler de nuevo juntos fue increíble. Ojalá que, como se rumorea, sigan adelante una vez que finalice el tour y regresen por estos pagos...
¡Qué locura perfecta fue la vuelta de Guns N' Roses! Y qué explosión de sentimientos Monumental en la cancha de River, por el amor de Jesús... Unos 23 eternos años para volver a ver a la banda que nos partió la cabeza a todos los argentinos y al mundo entero con ese hard rock salvaje rebalsado de estilo, glamour y personalidad.
23 años cantando cada canción, cada melodía y cada gritito de Axl –o al menos intentándolo-, coreando los riffs y estiradas del "Dios" Slash, simulando ser los campeones del "guitar hero" gunner; agarrando los palillos imaginarios o lo que funcione como tal para tirar con el cuerpo y la boca el clásico ritmo "tu pá, tu pá", y lo que pinte.
23 años para volver a ver juntos en esta tierra que transpira rock a los Guns "de verdad": Axl Rose, Slash, Duff Mckagan, y encima, el privilegio de sentir aunque sea por un ratito a Steven Adler arriba de la batería (sólo tocó "Out ta get me", debería haber tocado uno o dos o tres más, viejo).
Para muchísimas de las almas que estuvieron re sacadas, saltando, gritando, pogueando, agitando y rompiéndose todo en el Monumental fue el primer encuentro con la banda que revolucionó los 90', que marcó un clarísimo antes y un después en el palo, y por supuesto en sus vidas.Pero más allá de quién los vio en los 90' o quién no los pudo ver en esos tiempos y calmó la sed con las visitas de Axl y el entonces renovado GNR sin las otras bestias creadoras, todos juntaron ganas y ganas durante años, y años. La vuelta real de los Guns N' Roses fue más que inolvidable. Un sueño cumplido para todos.
De esos anhelos locos que por esas cosas del universo se transformaron en vivencia y que se agradecerán por los siglos de los siglos. Sobre todo porque ahora no se sabe qué puede llegar a pasar con estos muchachotes una vez que finalice la gira mundial "Not in this lifitime".
Igual, lo que dejaron fue impactante. Sublime. Y todos los adjetivos que encuentren para describir una bola gigante de sentimientos hermosos. ¿Conocen la felicidad absoluta aunque sea por un rato? Bueno, eso mismo. Así. Felicidad extrema por ver juntos de nuevo a semejantes músicos y semejante BANDAZA.
Veremos en qué queda todo esto cuando termine el tour mundial. Ojalá que ahora que volvieron a prender fuego el mundo, la llama gunner no se apague nunca más. Porque la banda sonó del carajo, está impecable en todo y sería una lástima para la música misma que se termine acá...
Las leyendas no se manchan
Axl Rose, quién puede discutir a este animal que tanto le dio a los amantes del género pesado, y a la música misma. Que le han pasado los años, sí. De hecho no tiene esa adrenalina interminable y el mismo rendimiento en las cuerdas vocales que en los 90', obvio que no después de tantos años de sexo, drogas y rocanrol.
Pero los años traen consigo al oficio, y Axl es el fuckin amo en eso. En los temas más altos, a lo sumo fraseó algún fragmento de las melodías de otra manera, y fue un frontman de esos que están en extinción.
Slash, qué decir del "Negro" querido. Qué bueno verlo tocar de nuevo junto a Axl ¡Y qué bestia! El Dios contemporáneo de las pentatónicas y estiradas sentimentales. Todas y cada una de las notas que pisa se clavan directo en el corazón del que lo escucha. Dio un show incomparable. Se tocó la vida, y nos dio mucha vida.
Cada día lo queremos más por estas y todas las tierras del planeta a Slash. Y Duff también. Una onda terrible para tocar el bajo con ese sonido metálico latoso hermosísimo, y también para cantar (cómo mejoró en este aspecto con los años).
Este tridente claro que se llevó todas las miradas, pero después la banda entera fue impecable y con un peso impactante en cada clásico que hizo vibrar el Monumental. Dizzy Reed, un histórico de los Guns también (se sumó a la banda en Use Your Illusion I y Use Your Illusion II), con su sensibilidad y melodía en las teclas.
El talentoso violero Richard Fortus que le metió mucho de su impronta a los temas armonizando con Slash, soleando como loco y cambiando guitarras con cuerpos distintos para que la base tenga el cuerpo que necesita. El estupendo baterista Frank Ferrer, que ya viene con Axl hace un tiempo largo y la descose en los parches. Tiene un golpe que te mata. Y completa GNR, Melissa Reese en teclados y sintetizadores. Una loca que a pesar de no tener tanto cartel, le sumó mucho.
Los Guns la rompieron y nos llenaron el alma. Qué manera de disfrutar. Y que ganas de gambetear los controles, la seguridad y subirse al escenario para abrazarlos a todos para agradecerles infinitamente por cumplirnos el sueño a todos. (Diario Popular)Lunes, 7 de noviembre de 2016
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