Sab 23 de Noviembre de 2024
Curuzú Cuatiá - Corrientes
Canal Youtube Canal Twitter Canal Facebook Canal RSS
 
 
“Gracias a él, vivo encerrada entre cuatro paredes”

María Benítez de Posadas, denunció que sufre el constante hostigamiento de su expareja, un sexagenario a quien ya apuntó en seis ocasiones. Cansada de las constantes amenazas y agresiones físicas de parte de su pareja, María Benítez (50) decidió, ya en el 2010, denunciar a su concubino ante la Justicia por violencia de género, luego de más de 25 años de convivencia.

Los años transcurrieron y, según la mujer, pese a que se le dictaron diversas ordenes judiciales que le impedían acercarse a su familia, el acusado siempre encontró la forma de violar dichas prohibiciones.

María Benítez sostiene que, ante los constantes hostigamientos, tiene que vivir encerrada en la habitación de su casa por temor a que su expareja pueda hacerle daño, no sólo a ella, sino también a sus dos hijos.

Desde su discreta vivienda del barrio San Onofre II en el Sur de Posadas, María recurrió a El Territorio para narrar que desde que decidió denunciar a Ángel C. (65) por violento, tuvo que recurrir “doce veces a la Policía”, ya que el hombre regresaba una y otra vez con la firme intención de amedrentarla, llenarla de miedo y hasta golpearla.

“Nunca respetó las órdenes de la Justicia. Estoy en una etapa muy difícil de mi vida, estoy desesperada de miedo. Desde que en 2010 tomé la decisión de que todo este calvario se termine, no para de atacar y no quiere aceptar el divorcio”.

“Para ganarme unos pesos tengo que trabajar de niñera de tres chicos. Por eso no estoy todo el día en mi casa y, cuando salgo tarde, mi hijo me va a buscar, o directamente me quedo a dormir en mi trabajo. Todo esto por culpa de él (Ángel C.), que constantemente me amenaza y me dice que no soy nada y que tiene elementos suficientes para destruirme. Siempre encuentra una motivación o excusa para venir a hacerme la vida imposible”.

Años de violencia

Al describir las agresiones, señaló entre lágrimas, que mayormente son cachetadas y tirones de pelo, y que también sus hijos eran víctimas de los mismos golpes. Recordó que, en varias oportunidades, su hijo mayor -quien actualmente vive en Buenos Aires por cuestiones laborales-, “tuvo que pelearse a golpes de puño con su padre para defendernos, para frenarlo y que se alejara de la casa”.

María también indicó que todos los episodios violentos los cometió alcoholizado y que ni siquiera mantenía una relación civilizada con sus vecinos: “Ni siquiera tomar un mate puede”.

“Esto es el infierno, gracias a él vivo encerrada, mi vida son las cuatro paredes de mi pieza. Siempre estoy con el Jesús en la boca, todos los días rezo y rezo para que Dios me dé fuerzas para seguir luchando y para que él se aleje de mi vida”.

Además, manifestó su fuerte anhelo de que algún día “pueda recupear la paz para mis dos hijos”.

“Sueño con algún día poder disfrutar de mis hijos y nietos , que cada vez que vengan de vacaciones todos podamos estar felices y no pendiente y sufriendo. Esto no es vida”. (TerritorioDigital)


Sábado, 22 de agosto de 2015
Compartir en Facebook Compartir este artículo en Twitter         

Volver

       
 
 

© Copyright 2012 - 2015
www.iusnoticias.com.ar | All rights reserved
Curuzú Cuatiá - Corrientes - Argentina
(03774) 425131 y (3774) 404176 | redaccioniusnoticias@gmail.com