Mundo: Analizan establecer fines de semana de tres días Los especialistas calculan que contar con tres días de descanso puede ayudar a disminuir en un veinte por ciento el consumo de energía y las emisiones de carbono, y mejorar la salud y la vida social de los trabajadores.
Los fines de semana largos ya no son vistos por los responsables de las grandes empresas con malos ojos. La disminución de la semana laboral podría compensar la falta de productividad con un enorme ahorro de energía, según pronostican algunos economistas que además aseguran que eso es ayudará a mejorar las ganancias de manera radical.
Según sostienen David Rosnick y Mark Weisbrot, los fines de semana de tres días no sólo mejorarían el humor de los trabajadores sino que también tendría un notable impacto en el medio ambiente y terminaría de preparar a la humanidad para una nueva era económica.
Los dos economistas sostienen que si los estadounidenses mantuviesen los niveles de horas de trabajo de estándares europeos, ahorrarían un 20 por ciento de energía en los lugares de trabajo así como también en los desplazamientos de los empleados.
Pero además de este ahorro de energía, los especialistas aventuran que el recorte de días de trabajo ayudaría a mejorar el equilibrio entre la vida laboral y familiar, y por ende también el bienestar físico y mental de los empleados. Según algunos experimentos realizados en Suecia en el año 2015, no sólo permitieron mejorar la productividad sino que incluso hicieron descender los porcentajes de enfermedades.
El antropólogo David Graeber ha establecido en sus trabajos que los economistas están conscientes de que hay miles de empleados pasan mucho tiempo en las oficinas sin producir, pero sus jefes no les pueden decir que se vayan a sus casas debido a que deben cumplir con el presentismo, que atenta a su vez contra sus ingresos. Esto hace que los directivos terminen valorando más el tiempo que sus subordinados que pasan en la oficina que el trabajo realizado.
Pero además, la futura sustitución de labores humanas por la automatización significará una disminución sustancial de los puestos de trabajo en Europa (54%) y los Estados Unidos (47%), por lo que los gobiernos de esos países ya están considerando a los fines de semana largos como la alternativa para equilibrar la oferta de empleo, según sostienen los economistas Alex Williams y Nick Srnicek en su libro Inventing the Future: Postcapitalism and a World Without Work (Inventando el Futuro: El postcapitalismo y un mundo son trabajo).
En este trabajo, los autores sostienen que la clave para lograr un equilibrio entre esta menor demanda de trabajo y el ahorro proveniente de los procesos automatizados será las políticas que fomenten una mayor participación de los beneficios por parte de los trabajadores, junto con una renta básica universal o garantía básica de ingreso, es decir que los ciudadanos de un país perciban regularmente una suma de dinero sin condiciones por parte del Estado o una Institución Pública.
El Caso Utah
En el año 2007, el estado de Utah decidió unilateralmente disminuir a cuatro las jornadas laborales de los empleados estatales, a la vez que amplió los horarios de atención. Esa iniciativa, le ahorró al estado 1.8 millón de dólares en costo de energía que suponía mantener cerradas las oficinas los viernes; así como en 12 mil las toneladas de dióxido de carbono (CO2) que no se emitían porque los empleados se quedaban en sus casas.
El experimento se terminó en 2011 debido al creciente número de quejas de los habitantes de que no podían acceder a los servicios los días viernes, pero dejó un antecedente y un claro mensaje de cara al futuro en lo que respecta a una economía amigable para con el medioambiente. (El País)Lunes, 12 de septiembre de 2016
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