Murió Joao Havelange El histórico y polémico dirigente del fútbol falleció en Río de Janeiro a los 100 años. Presidió la FIFA entre 1974 y 1998 y tuvo varios enfrentamientos públicos con Diego.
Joao Havelange se jactaba de hablar de igual a igual con cualquier presidente del mundo. Los hechos demuestran que, soberbia aparte, tenía razón. El dirigente brasileño manejó la FIFA entre 1974 y 1998 y la transformó en una empresa multimillonaria y cada vez más manchada por los escándalos de corrupción. Hoy, ese histórico dirigente que había nacido en Río de Janeiro hace más de 100 años, murió en su país luego de permanecer internado en un hospital por problemas respiratorios.
"Me cortaron las piernas". La frase más famosa del mundo de la pelota, firmada por Diego Maradona, tenía un destinatario claro: la FIFA y, por extensión, su presidente, Havelange, quien en ese 1994 transitaba sus últimos años al frente de la entidad y se dio el gusto de ver a su Brasil campeón en el Mundial de los Estados Unidos, el mismo del que echaron a Maradona por un polémico doping positivo.
"Limpió a Maradona del Mundial 94 para que Brasil salga campeón". La teoría de Alfio Basile, entrenador de aquella Selección, es la que sostiene desde hace dos décadas el argentino futbolero promedio. Pero la relación de Havelange con el fútbol argentino no terminaba en el "10", ese hombre que lo desafió desde el intento de creación de un sindicato de futbolistas: de su mano Julio Grondona llegó a la vicepresidencia de la FIFA y tuvo en las sombras un poder digno de un jefe de Estado. O del tesorero del banco más rico del mundo. Para él, Don Julio era un intocable.
Hizo valer su poder de influencia y se rodeó de dirigentes leales de dudosos escrúpulos. Su yerno, Ricardo Teixeira, quedó al frente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) cuando él ganó las elecciones en FIFA. Mucho antes había sido designado por decreto presidente de la CBF, que comandó durante 26 años.
Se movió como pez en el agua entre militares y empresarios ávidos de negocios a costa de la pelota. Uno de sus primeros vicepresidentes en la FIFA fue el almirante argentino Carlos Lacoste, y a Jorge Rafael Videla le pidió por la liberación de un nieto de un dirigente del Fluminense secuestrado por la dictadura argentina.
Para escalar a la cima del fútbol –y completar seis mandatos- demostró sus dotes de estratega que muchos años después imitaron otros dirigentes argentinos a nivel local: consiguió el apoyo de las federaciones emergentes, como las de los países árabes, sudamericanos y africanos y la mismísima China, y derrotó en las elecciones a sir Stanley Rous.
¿Qué les prometió? Por ejemplo, aumentó la cantidad de participantes en los mundiales, una medida que beneficia a las selecciones históricamente relegadas. Así, pasó de 16 a 20 en Argentina 1978 y a 24 en España y México. Para Francia 1998 ya eran 32 equipos.
Hijo de un comerciante belga que vendía armas Winchester, Havelange fue un destacado nadador, a tal punto que representó a su país en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. En Helsinki 1952, también defendió los colores brasileños en el agua, pero ya como miembro del equipo de waterpolo. Rápido, cuatro años después, en Melbourne 56, se sentó en el palco olímpico en carácter directivo.
En 2009 dio un encendido discurso que inclinó la balanza a favor de la organización de los Juegos Olímpicos que se desarrollan por estos días en su ciudad natal. Sin embargo, rechazó la invitación para asistir a la apertura de la gran cita del deporte, sin mayores explicaciones aunque evidentemente por el deterioro de su salud.
Que se apagó en la mañana del 16 de agosto de 2016, lejos de los flashes, apartado de los escándalos de corrupción que eligió esquivar; odiado por muchos y querido por todo a quien la mano amiga le otorgó un lugar de privilegio en el fútbol.Martes, 16 de agosto de 2016
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