Belgranianos llaman a gobernantes a ser honestos como lo era el prócer fundador En el marco de los actos en conmemoración al día de la bandera, la Sociedad Belgraniana de Curuzú Cuatiá pronunció un fuerte discurso en el que se recordó a la figura del prócer fundador de Curuzú Cuatiá y se analizaron los acontecimientos políticos y sociales que son de público conocimiento, a la luz del recorrido histórico del prócer. Victoria Sattler fue quien leyó el discurso cuya autoría le pertenece a la doctora María Belén Blanco.
En el discurso se enaltecieron los valores del prócer y se remarcó que el mérito suyo fue "el de haber sido honesto". En una parte del discurso se escuchó fuerte decir: "Nos abruma la obscenidad de dineros trasladados de madrugada o en paraísos fiscales, de máquinas contadoras de billetes, de enriquecimientos turbios, de representantes que no atinan a hacer lo correcto y una justicia lenta que actúa cuando los hechos estallan".
Y ahí nomás también se escuchó que "se hace imperioso que nuestros representantes, cueste lo que cueste, hagan lo correcto y prediquen con el ejemplo. Qué excluyan de sus círculos a quienes buscan el bienestar personal en detrimento del de la Patria y ya es hora de qué denuncien los actos de corrupción aún quienes lo cometan pertenezcan a su seno íntimo".
No pocos consideraron ésto como un fuerte llamado de atención a los gobernantes locales. A continuación se transcribe el discurso completo.
"Autoridades Civiles, Militares, Escolares, Alumnos, en especial a los de cuarto grado, Sras. y Sres. Tengan Uds, muy buenos días.
Quiero compartir con todos Uds. una reflexión y pedirles que actuemos en consecuencia.
Hoy recordamos a Manuel Belgrano el creador de la Bandera. Belgrano, como economista, luchó por imponer su idea de que los esfuerzos de la ciencia, el trabajo técnico, la organización y las escuelas, preparan a los ciudadanos para construir un gran país.
Llamó la atención hacia la agricultura como verdadero destino del hombre de esta tierra, dando forma técnica a los métodos de plantación, siembra y cosecha. Clamó por la erradicación de la miseria, el ocio y la desocupación, bregando por la organización de una industria estable y técnicamente eficaz. Como civilista, aconsejó evitar la desunión de los argentinos.
Hace casi 200 años, cuando no había más que caminos de tierra entre llanuras, montañas y montes, Manuel Belgrano emprendía desde Tucumán el camino hacia su muerte.
Enfermo y casi sin poder pararse, partió acompañado por un médico amigo, un capellán y dos de sus antiguos oficiales. No tenía más que algunos pesos prestados y unos caballos que le facilitaron, porque el Estado le debía varios meses de su sueldo de General.
Salió en febrero de 1820 y llegó a Buenos Aires en marzo. Tenían que bajarlo alzado del caballo porque casi no podía caminar por lo hinchadas que tenía las piernas. Se alojó en la casa de su hermano, porque no tenía otro lugar.
La Junta de Representantes ni siquiera se ocupó de tratar el pedido del gobernador Ramos Mejía, para que se le pagara al enfermo General el dinero que se le debía.
El 25 de mayo Belgrano firmó su testamento, en el que nombraba heredero a su hermano Domingo, encargándole que, al cobrar lo que le debían, pagara todas sus deudas.
El 19 de junio le dio al médico su reloj, porque no tenía otra manera de pagarle.
Al día siguiente, falleció pobre y olvidado. Sólo un periódico se ocupó de dar la noticia.Eso pasó hace casi dos siglos, hace 196 años para ser más exactos. Culminaba así una vida dedicada a la libertad de la Patria y a su crecimiento cultural y económico. Hace algunos días, un ex funcionario fue detenido cuando trataba de esconder casi 9 millones de dólares en un monasterio en plena noche. Para completar el cuadro, lo hacía armado.
Lo lamentable es que ese es apenas un caso. Pero hay muchos más y la Justicia algún día se pronunciará.
¿Qué nos pasó en estos 200 años? El mérito de Belgrano no es haber muerto pobre. Nadie es mejor ni peor por ser pobre o ser rico.
EL MÉRITO DE BELGRANO ES HABER SIDO HONESTO
Ni siquiera en el calvario de su camino hacia la muerte se adueñó de algo que no le correspondía.
Hoy, nos abruma la obscenidad de dineros trasladados de madrugada o en paraísos fiscales, de máquinas contadoras de billetes, de enriquecimientos turbios, de representantes que no atinan a hacer lo correcto y una justicia lenta que actúa cuando los hechos estallan.
Y es por ello que se hace imperioso que nuestros representantes, cueste lo que cueste, HAGAN LO CORRECTO Y PREDIQUEN CON EL EJEMPLO. Qué excluyan de sus círculos a quienes buscan el bienestar personal en detrimento del de la Patria y ya es hora de qué denuncien los actos de corrupción aún quienes lo cometan pertenezcan a su seno íntimo.
Está claro que a nadie se le pide la conmovedora grandeza de Belgrano. El mundo es otro y los tiempos también. Pero el valor de la honestidad era el mismo, entonces y ahora.
De nada sirve recordar a Manuel Belgrano cada 20 de Junio, si cada día no nos ponemos la meta, mínima y elemental, de exigir honestidad.
Por ello les digo que sólo nos queda avanzar con firmeza por el camino de los valores y de los principios.!!!
¡¡¡Viva la Patria!!!. Gracias".Lunes, 20 de junio de 2016
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