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Belgrano siempre vigente 
Belgrano, la educación y la técnica. Las concepciones de uno de los grandes padres de la Patria siguen vigentes después de doscientos años de agroindustria argentina.
Sus aportes no se limitaron a ser un héroe militar sino también fue un agudo pensador que vio la necesidad de desarrollar la educación agrícola y la investigación en el campo.
Manuel Belgrano se formó en Salamanca, España, entre el viejo mercantilismo proteccionista y el liberalismo económico naciente. A su regreso al Virreinato se dedicó por cuatro años al estudio de la economía del Río de la Plata. El ministro Gardoqui lo designó Secretario Real del Consulado de Buenos Aires. La nueva institución se había creado como una suerte de junta de fomento económica y a la vez tenía jurisdicción mercantil.
Desde ese flamante puesto comenzó la divulgación de sus ideas: Pronunció su primera conferencia el 15 de junio de 1796 con el título de "Medios generales de fomentar la Agricultura, animar la Industria y proteger el Comercio en un país agricultor".
En el ideario del héroe independentista educación y desarrollo económico estaban fuertemente integrados. Fuera de cualquier concepción extractivista, el fomento de la técnica en la producción, el conocimiento sobre el suelo, el clima y la diversificación de las actividades eran sus objetivos.
La Doctora Norma Noemí Ledesma, miembro del Instituto Nacional Belgraniano, recuerda en su artículo La Escuela de Agricultura de Manuel Belgrano y el Instituto de Agrícola de la Provincia de Buenos Aires que el héroe de Tucumán y Salta impulsó lo que sería una Escuela de Agricultura y Jardín de Aclimatación.
También desde ese puesto introdujo el merino y los caballos Suffolk. Años más tarde, Rivadavia, ministro de gobierno de Martín Rodríguez -gobernador de Buenos Aires- cristalizó el proyecto educativo de Belgrano: Inauguró el establecimiento el 7 de agosto de 1823.
Lamentablemente al poco tiempo se debió cerrar por falta de alumnos. Recién se debatió la creación de un Instituto Agrícola en la Provincia de Buenos Aires en 1867.
La autora citada basó su estudio entre las similitudes entre el pensamiento de Belgrano y el discurso del diputado Eduardo Olivera en la Cámara de la Provincia de Buenos Aires en 1867, en apoyo del proyecto de fundación de un Instituto Agrícola en esa provincia y su relación con las Memorias Consulares de Manuel Belgrano, en especial la de 1796.
La complejidad del pensamiento de un hombre nacido en el siglo XVIII se traslucía en una visión de la economía y especialmente de la agricultura como un entramado complejo: La Industrialización de las materias primas no era un tema menor en la visión del hombre de la independencia: El historiador económico Gastón H. Lestard recuerda en su libro Historia de la Evolución Económica Argentina que en 1797 Belgrano había pronunciado una nueva conferencia sobre "utilidades que resultarán del cultivo del lino y cáñamo". Todas las telas que se usaban en la colonia eran de origen extranjero pero también lo eran las de la Península. El análisis de Belgrano incluía un comercio directo de los rioplatenses con una colonia que también estaba en desventaja frente a estas manufacturas. El desarrollo económico en el pensamiento de Belgrano también incluía la importancia de puertos acordes a una producción con miras al exterior.
Doscientos años de agricultura argentina nos traen un retrato vigente de un hombre que soñó un territorio pujante y de oportunidades. El legado permanece y la discusión toma fuerza en estas fechas. (Bruno Reichert)Sábado, 18 de junio de 2016
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