Mientras la fruta se pudre entran manzanas de Chile En el Mercado Central de Buenos Aires no lo podían creer: mientras en el Alto Valle de Río Negro o en Mendoza se pudren entre 200 y 400 millones de kilos de frutas de pepita que no han sido cosechadas por falta de rentabilidad, una empresa cercana al Gobierno importó la semana pasada un cargamento de manzanas desde Chile.
La imagen inevitablemente remonta a fines de los años noventa, cuando los alimentos importados eran mucho más competitivos que los nacionales por arte y magia del corset cambiario. Por eso, ni bien se enteró del caso, Guillermo Moreno estalló en furia.
De visita a Buenos Aires, el viernes último el ex secretario de Comercio despotricó contra todos los custodios -sean funcionarios o empresarios- que dejó a cargo del centro de Tapiales, territorio que todavía controla a su antojo.
La carga de manzanas chilenas era de escaso volumen. Pero tenía un valor simbólico inmenso en momentos en que los productores locales viven una de las peores crisis que se recuerden. En el Sur, miles de árboles todavía están repletos de manzanas y peras que deberían haber sido cosechadas hace meses, pero que inevitablemente caen para pudrirse.
Los chacareros desistieron levantar cerca del 25% de la producción esperada, pues sus costos superaban varias veces lo que podían obtener. Esta situación se repite en todas las economías regionales, que el próximo jueves realizarán un Plenario Nacional convocado por la CAME.
En el caso específico de las manzanas, la de menor calidad (destinada a la industria juguera) se pagaba este año menos de 0,30 pesos por kilo. Y por la fruta de calidad comercial se perciben apenas 1,8 pesos por kilo, cuando en Buenos Aires el consumidor termina abonando de 15 a 40 pesos. Es en este contexto que la manzana de Chile comienza a ser competitiva. También puede hallarse uva y cebolla de ese origen en el mercado.
Frente a la ingrata noticia de una importación de manzanas, en la comunidad frutihortícola buscaron responsables. La sorpresa fue mayúscula cuando surgió que se trataba de Dole Nat Co (más conocida como “Dole”), que tiene su base de operaciones en el Mercado Central y es una de las pocas privilegiadas por las licencias de importación de bananas de Ecuador, que también ingresan por vía Chile.
Dole está asociada en la Argentina a empresarios ligados al kirchnerismo. Y es uno de los apoyos del alter ego de Moreno en el sector empresario: el ruralista K Ider Peretti, presidente de la CGE. La firma auspicia no solo la web de esa entidad sino también las muestras lecheras que Peretti organiza en Morteros, Córdoba. El presidente de la filial local de Dole es Pablo Lioni, yerno de Agustín Raimondo, un histórico dirigente de la CGE.Viernes, 14 de agosto de 2015
|