Cristina habló una hora Ha sido una demostración de fuerza sin precedentes para un expresidente argentino. A 100 días de dejar el poder, Cristina Fernández de Kirchner abandonó su refugio patagónico para declarar ante un juez federal como sospechosa en una causa por fraude contra el Estado.
Pero no lo hizo sola. Miles de personas la acompañaron hasta los tribunales federales en el barrio de Retiro, de espaldas al Río de la Plata, y transformaron su declaración en un acto de enorme contenido político. Sobre un escenario montado frente a los juzgados Kirchner dio un largo discurso, el primera desde que se despidió del poder, ante una multitud reunida en la Plaza de Mayo.
“Quiero que estén todos tranquilos, muy tranquilo. Me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa pero no lograrán callarme y decir lo que pienso, y estar como siempre junto a ustedes. Tengo los fueros del pueblo”, dijo Fernández, antes de recordar la persecución que padeció el peronismo tras el golpe militar de 1955, cuando incluso pronunciar el nombre de Perón en la calle podía ser castigado con la cárcel. “Estoy segura que si pudiesen prohibir la letra K del abecedario, lo harían”, disparó la expresidenta. Con la tribuna a su disposición y los tribunales convertidos en escenario de un acto político, Kirchner criticó también a Mauricio Macri por las dos cuentas a su nombre descubiertas en Bahamas por los Panamá Papers. “Se imaginan si hubiesen encontrado cuentas offshore a nombre mío, a nombre de mis hermanas, mi madre, mi padre. Esto demuestra claramente que los argumentos (en mi contra) tienen un solo objeto: ir por los derechos adquiridos durante los 12 años de mi Gobierno”, dijo.
Kirchner se presentó ante el juez Claudio Bonadio, al que alguna vez tildó de “extorsionador y pistolero”, y le entregó un escrito en su defensa. El juez acusa a la ex mandataria de haber ordenado al Banco Central (BCRA), en las últimas semanas de mandato, que vendiera dólares en el mercado de futuros por un precio muy bajo, generando así “un grave perjuicio” a las arcas públicas. Tras la devaluación del peso, el dólar pasó de 10 a 15 pesos en 24 horas y la brecha a cubrir por esa operación podría superar los 4.500 millones de dólares. En la misma causa fueron imputados también el exministro de Economía, Áxel Kicillof, y el expresidente del BCRA, AlejandroVanoli. Kicillof declaró el martes y dijo que una medida de Gobierno puede ser criticada pero nunca judicializada.
El texto de Kirchner apenas hizo mención a los cargos por los que está imputada, pero estuvo cargado de definiciones políticas. La causa “revela la intención del Gobierno con la colaboración imprescindible del Poder Judicial de ´plantar´, a quien suscribe, una causa penal que me prive de la libertad. Como ya lo he dicho públicamente y reitero una vez más: no les tengo miedo. Afrontare este proceso y cualquier otro que quieran fabricarme", escribió Kirchner a Bonadio.
El krichnerismo movilizó a sus bases para acompañar el regreso triunfal de la expresidenta a la primera línea de la política y miles de personas respondieron al llamado pese a la lluvia. Ha sido un regreso soñado para Kirchner y un regalo inesperado desde el gobierno de Macri: tras un largo silencio, Kirchner se posicionó como “víctima” y puso en evidencia que su poder de movilización popular sigue intacto.
La expresidenta convirtió su declaración en un regreso triunfal y se despachó como quiso ante la multitud. Atacó a Macri, a los jueces que la imputan y a los empresarios que la criticaron durante su mandato. “Nunca he visto tantas calamidades producidas en 120 días. Sería muy fácil para mí en forma panfletaria emprender contra fulanito o menganito. Pero hay gente convencida de que vamos por el buen camino y eso más grave”, dijo.
Macri ha seguido en silencio la declaración de su predecesora, fiel a su bandera de respetar la independencia del Poder Judicial. La misma actitud ha tenido con las causas que, como una catarata, han caído sobre ex funcionarios y empresarios ligados al kirchnerismo. La más rutilante ha derivado en la detención del constructor Lázaro Báez, enriquecido mediante la concesión de obras públicas y acusado de lavado de dinero. Un fiscal ha pedido que en esa causa se investigue también a Cristina Kirchner.Miércoles, 13 de abril de 2016
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