Oscura trama tras la dudosa muerte de un gendarme Para la justicia de Corrientes, el salteño Gabriel Suárez se suicidó de un tiro el 14 de noviembre de 2007. Pero su familia sostiene que "vivía amenazado por algo que vio" en el escuadrón en el que prestaba servicio. Según su padre, el crimen está relacionado con un tema de drogas que su hijo iba a denunciar. La oscura trama detrás de la dudosa muerte de un gendarme La oscura trama detrás de la dudosa muerte de un gendarme La familia de Gabriel Suárez, un gendarme de 23 años muerto en extrañas circunstancias hace ocho años, pide que se reabra la investigación. Si bien la justicia correntina archivó el caso como un suicidio, el padre del muchacho le explicó a Tiempo Argentino que tiene argumentos suficientes para sospechar que lo ejecutaron entre por lo menos dos compañeros de la fuerza. "Mi hijo vivía amenazado por algo que vio", afirmó Nicolás Suárez.
Los Suárez son oriundos del Barrio Castañares, en el norte de la ciudad de Salta, y al momento de su muerte, el muchacho cumplía funciones a cientos de kilómetros de allí, en el Escuadrón 48 de la ciudad de Corrientes. El joven se había incorporado a la fuerza en agosto de 2005 y formó parte de la subdelegación de Santa Lucía, a unos 200 kilómetros de la capital correntina, donde conoció a Viviana Anabela Gutiérrez, cinco años mayor que él, con quien mantenía una relación.
El gendarme se suicidó o lo mataron en la madrugada del 14 de noviembre de 2007 en la casa de su novia. Pero para su padre todo comenzó unos meses antes. "Él se daba mucha maña con los autos, por eso cuando estaba de guardia y había que arreglar algún vehículo de la dependencia él se encargaba", recordó el hombre. Pero todo se tornó más pesado cuando "le contó a mi mujer que los gendarmes usaban para hacer inteligencia un utilitario que había sido secuestrado por un tema de drogas", agregó.
"La justicia –continuó el padre con su versión- ordenó restituir ese vehículo, pero como había tenido un accidente, el comandante Rogelio Gómez le pidió a mi hijo que hiciera el trabajo de chapa y pintura. Incluso, Gabriel postergó el comienzo de sus vacaciones para hacerlo".
Según el hombre, cuando el muchacho estaba arreglando uno de los laterales del vehículo se encontró con siete panes de marihuana. "Él volvió a tapar todo y lo dejó como estaba. Después, le contó al comandante y esa fue su sentencia de muerte. Lo empezaron a perseguir y a verduguear por cualquier cosa. No terminaba una tarea que lo mandaban a hacer otra".
Entonces, llegó un momento que la paciencia del gendarme se colmó. "O me dejan de perseguir o me voy a defender", habría amenazado el joven a sus jefes directos. Pero la situación se agravó aún más. Para su familia, el hostigamiento terminó el día de su muerte.
Ese 13 de noviembre el muchacho terminó la guardia a eso de las 19 en la ciudad de Corrientes y viajó hasta Santa Lucía para encontrarse con su novia.
"Él se había enamorado locamente de ella. Tenía como dos o tres horas de viaje sólo para verla un ratito. Aparentemente, ella quería dejarlo aunque él quería seguir la relación, abandonar la fuerza y protegerla de esta situación", detalló el padre.
Cuando el joven llegó a la casa, de acuerdo a lo que reconstruyó la familia, como Viviana no estaba se quedó conversando con la madre de la chica. Una vez que ella llegó, dialogaron y él más tarde decidió volverse.
"Todo sucedió con normalidad. Antes de despedirse, esta chica hasta le dio un pulóver porque había refrescado", añadió Suárez, quien llegó a la conclusión, luego de consultar con vecinos y testigos del hecho, que su hijo no regresó a Corrientes, sino que se escondió en las inmediaciones porque sospechaba que otro hombre, acaso el amante de Viviana, llegaría a la casa. La querella asegura contar con testimonios –hasta de otros efectivos de la fuerza- que revelaron que el subalférez de Gendarmería Luis Danielo, que prestaba servicios en la zona, entró en la vivienda. "Entonces, mi hijo se asomó por una de las ventanas y desde adentro le dispararon varias veces, por lo menos tres", concluyó el padre del joven que murió de un balazo que ingresó cerca de la oreja derecha y salió del lado izquierdo de la cabeza.
El hecho ocurrió entre las 4 y las 5 del 14 de noviembre. La familia de la víctima sostiene que al muchacho lo dejaron morir y que cuando llegaron sus jefes de Corrientes capital terminaron de montar la escena. "Él había entregado su pistola reglamentaria Beretta antes de irse de la guardia. Así figura en los registros y los libros. Luego, aparece esa misma arma debajo de su cuerpo", argumentó Suárez.
La justicia ordinaria de Corrientes archivó el caso como un suicidio, pese a los reiterados reclamos de la familia Suárez de reabrir la investigación. Según la hipótesis oficial, Viviana se comunicó por teléfono con el gendarme Gustavo Jesús Jaspe, a quien le habría dicho que Suárez estaba armado y la amenazaba. Éste le avisó a Danielo, quien fue al lugar con otro compañero para ver qué estaba pasando. Al llegar, habrían alcanzado a escuchar la última detonación.
En tanto, los padres de Suárez, denunciaron toda la actuación judicial en una causa radicada en el fuero federal "en la que vamos bien encaminados y se estarían desentrañando todas estas irregularidades”, se esperanzó Suárez. (InfoNews)Lunes, 7 de diciembre de 2015
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