Las 10 principales definiciones económicas del discurso de Javier Milei en Davos El mandatario hizo su primera exposición en la edición número 54 del encuentro con eje en la libertad de mercado. El presidente Javier Milei debutó este miércoles en el Foro Económico Mundial, llevado a cabo en Davos, Suiza. Su fuerte discurso se centró en críticas al intervencionismo, al socialismo y la defensa del libre mercado. “Vengo a plantar las ideas de la libertad”, aseguró y agregó que “Occidente está en peligro porque sus líderes fueron cooptados por una visión que conduce al socialismo y a la pobreza”.
Las principales definiciones de Milei en Davos Intervencionismo estatal: “Los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad por distintas versiones de lo que llamamos colectivismo. Nosotros estamos acá para decirles que los experimentos colectivistas nunca son la solución a los problemas que aquejan a los ciudadanos del mundo, sino que, por el contrario, son su causa”. “Frente a la demostración teórica de que la intervención del Estado es perjudicial, la evidencia empírica de que fracasó, porque no podía ser de otra manera, la solución que propondrán los colectivistas no es mayor libertad, sino que es mayor regulación, generando una espiral descendente de regulaciones hasta que todos seamos más pobres y a la vida de todos nosotros dependa de un burócrata sentado en una oficina de lujo. Dado el estrepitoso fracaso de los modelos colectivistas y los innegables avances del mundo libre, los socialistas se vieron forzados a cambiar su agenda”.
Libre mercado: “El capitalismo de libre empresa no solo es un sistema posible para terminar con la pobreza del mundo, sino que es el único sistema moralmente deseable para lograrlo”. “El capitalismo de libre empresa y la libertad económica han sido herramientas extraordinarias para terminar con la pobreza en el mundo, y nos encontramos hoy en el mejor momento de la historia de la humanidad”.
Crecimiento económico: “El capitalismo generó una explosión de riqueza desde el momento que se adoptó como sistema económico. Durante todo el periodo comprendido entre el año 0 y el 1800, la tasa de crecimiento del PIB per cápita se mantuvo estable en torno al 0,02% anual, es decir, prácticamente sin crecimiento. A partir del siglo XIX, con la revolución industrial, la tasa de crecimiento pasa al 0,66%”.
Pobreza: “Luego de la revolución industrial, el PIB per cápita mundial se multiplicó por más de 15 veces, generando una explosión de riqueza que sacó de la pobreza al 90% de la población mundial. No debemos olvidar nunca que para el año 1800, cerca del 95% de la población mundial vivía en la pobreza más extrema, mientras que ese número cayó al 5% para el año 2020, previo a la pandemia. La conclusión es obvia. Dejó de ser la causa de nuestros problemas. El capitalismo de libre empresa como sistema económico es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho de todo el planeta”. Justicia social e impuestos: “El problema es que la justicia social no solo no es justa, sino que tampoco aporta al bienestar general. Muy por el contrario, es una idea intrínsecamente injusta, porque es violenta. Es injusta porque el Estado se financia a través de impuestos y los impuestos se cobran de manera coactiva. ¿O acaso alguno de nosotros puede decir que paga los impuestos de manera voluntaria? Lo cual significa que el Estado se financia a través de la coacción y que a mayor carga impositiva, mayor es la coacción, menor es la libertad. Quienes promueven la justicia social parten de la idea de que el conjunto de la economía es una torta que se puede repartir de una manera distinta”.
Libertarismo: “Es importante definir de acá en qué hablamos nosotros cuando hablamos de libertarismo. Para definirlo, retomo las palabras del máximo prócer de las ideas de la libertad de Argentina. El profesor Alberto Benegas Lynch (h) dice que el libertarismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, cuyas instituciones fundamentales son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social, donde sólo se puede ser exitoso sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad a un mejor precio. Dicho de otro modo, el capitalista, el empresario exitoso, es un benefactor social que lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. En definitiva, un empresario exitoso es un héroe”.
Socialismo: “El socialismo es siempre y en todo lugar un fenómeno empobrecedor, que fracasó en todos los países que se intentó, un fracaso en lo económico, un fracaso en lo social, un fracaso en lo cultural y además asesinó a más de 100 millones de seres humanos. El problema esencial de Occidente hoy es que no solo debemos enfrentarnos a quienes aún luego de la caída del muro y la evidencia empírica abrumadora siguen bregando por el socialismo empobrecedor, sino también a nuestros propios líderes, pensadores y académicos que amparados en un marco teórico equivocado socavan los fundamentos del sistema que nos ha dado la mayor expansión de riqueza y prosperidad de nuestra historia. El marco teórico al que me refiero es el de la teoría económica neoclásica, que diseña un instrumental que sin quererlo termina siendo funcional en la intromisión del Estado, el socialismo y la degradación de la sociedad”. Javier Milei en Davos: “El capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre y la pobreza en el planeta”
Fallos de mercado: El mercado es un mecanismo de cooperación social donde se intercambia voluntariamente derechos de propiedad. Por lo tanto, dada esta definición, hablar de fallo de mercado es un oxímoro. No existe el fallo de mercado. Si las transacciones son voluntarias, el único contexto en el que puede haber un fallo de mercado es si hay coacción. Y el único con la capacidad de coaccionar de manera generalizada es el Estado que tiene el monopolio de la violencia. En consecuencia, si alguien considera que hay un fallo de mercado, les recomendaría que revisen si hay intervención estatal en el medio. Y si encuentran que no hay intervención estatal en el medio, les sugiero que hagan de nuevo el análisis porque definitivamente está mal. Los fallos de mercado no existen”.
Modelo neoclásico: “El dilema que enfrenta el modelo neoclásico es que dicen querer perfeccionar el funcionamiento del mercado atacando lo que ellos consideran fallos. Pero al hacerlo, no sólo abren las puertas del socialismo, sino que atentan contra el crecimiento económico. Ejemplo, regular monopolios, destruirles las ganancias y destrozar los rendimientos crecientes, automáticamente destruiría el crecimiento económico. Dicho de otro modo, cada vez que ustedes quieran hacer una corrección de un supuesto fallo de mercado, inexorablemente, por desconocer lo que es el mercado, o por haberse enamorado de un modelo fallido, están abriendo las puertas al socialismo y están condenando a la gente a la pobreza”. Regulaciones: “Hoy los Estados no necesitan controlar exactamente los medios de producción para controlar cada aspecto de la vida de los individuos. Con herramientas como la emisión monetaria, el endeudamiento, los subsidios, el control de la tasa de interés, los controles de precios, las regulaciones para corregir los supuestos fallos de mercado, pueden controlar los destinos de millones de seres humanos”.
Sobre Argentina En otro tramo de su discurso, Milei afirmó: “El caso argentino es la demostración empírica de que no importa cuán rico seas, cuántos recursos naturales tengas, no importa cuán capacitada esté la población y cuán educada sea y cuántos lingotes de oro haya en las arcas del Banco Central. Si se adoptan medidas que entorpecen el libre funcionamiento de los mercados, la libre competencia, los sistemas de precios libres, si se entorpece el comercio, si se atenta contra la propiedad privada, el único destino posible es la pobreza”.Miércoles, 17 de enero de 2024
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