¿Las plantas tienen cáncer? 
La respuesta científica. Las plantas, como cualquier otro ser vivo, pueden verse afectadas por diversas enfermedades y condiciones adversas que afectan su salud y bienestar. Pero, ¿ocurre lo mismo con el cáncer?
Con solo escuchar la palabra ‘cáncer’, como mínimo, se nos eriza la piel. Según la Asociación Española contra el Cáncer, es un término paraguas bajo el que se agrupan más de 200 condiciones patológicas distintas. Algunos se producen por el abuso de sustancias carcinogénicas, como el tabaco o el alcohol; otros están causados por patógenos, como el virus del papiloma humano y el cáncer de cérvix; otros por la exposición a factores de riesgo, como la radiación ultravioleta; y por fin los hay que no tienen una causa aparente.
Sea cual sea el desencadenante, en todo caso se produce una alteración genética en una célula o un grupo de ellas, que afectan al proceso normal de crecimiento y muerte celular.
Todas las células de nuestro cuerpo tienen un sistema de muerte programada, denominado apoptosis, que permite la renovación de los tejidos. En última instancia, un cáncer es un grupo de células que se reproduce sin control y no muere. Y esta condición no es exclusiva del ser humano.
Muchos otros animales sufren distintos tipos de cáncer, aunque en estado salvaje no es habitual: la selección natural impide su supervivencia, los individuos predispuestos a padecer cáncer normalmente mueren antes de que se desarrolle la enfermedad. Entre las mascotas es más común, debido a los cuidados veterinarios que alargan su esperanza de vida; a tal punto que, actualmente, el cáncer es una de las causas de muerte más habituales en perros.
Pero… ¿y las plantas? Teóricamente, si el cáncer es un grupo de células que se reproduce de forma masiva y sin morir, las plantas también podrían sufrirlo. ¿Cómo funciona el cáncer en las plantas?
Los tumores de las plantas
Las células de las plantas, como las de los animales, tienen un sistema de apoptosis que facilita la renovación celular de los tejidos y, cuando este sistema falla, las células proliferan sin control formando un tumor. A nivel bioquímico, se dan varias similitudes entre la generación de tumores en plantas y animales. Sin embargo, los tumores vegetales son menos dañinos, y sus efectos en las plantas no adquieren la gravedad que sufren los animales.
Los tumores en plantas pueden ser inducidos por patógenos y simbiontes. Uno de los más habituales y mejor conocidos son las agallas, estructuras cuya formación es inducida por insectos, nematodos, hongos, bacterias o virus. La agalla es una respuesta del organismo como defensa ante la intromisión del patógeno. El crecimiento tumoral de una agalla forma un tejido amorfo que trata de aislar la infección, y es un curioso ejemplo en el que el tumor no solo no daña a la planta, sino que funciona como estructura beneficiosa para su salud.
En otros casos, los crecimientos tumorales en plantas se producen como consecuencia de una simbiosis. El mejor ejemplo lo representa el género de bacterias Rhizobium, que se infiltra en las raíces de algunas plantas, como las leguminosas, e induce en ellas unas pequeñas estructuras tumorales llamadas nódulos. En ellos, las bacterias se mantienen vivas y protegidas de posibles agresiones. A cambio, la bacteria es capaz de fijar el nitrógeno atmosférico, y proporcionárselo a la planta en forma de nutriente asimilable.
No obstante, algunos patógenos sí pueden generar tumores malignos en las plantas. Tal vez el ejemplo más llamativo es Phytoplasma. Esta bacteria secuestra y reprograma los sistemas de desarrollo de la planta, y desencadena un crecimiento tumoral anómalo que deforma por completo la arquitectura de la planta. El crecimiento masivo y descontrolado, denominado ‘escoba de bruja’, crea un ambiente óptimo para el patógeno, y aunque normalmente se mantiene mientras la planta sigue viva y no reduce su esperanza de vida, sí la incapacita para la reproducción.
Lo que nunca sucede en las plantas es el fenómeno de la metástasis. Las células de las plantas están ancladas en su lugar por las paredes celulares, y no tienen la capacidad de migrar por el organismo, de ahí que los tumores de las plantas nunca se extienden, ni hacen metástasis en otras zonas.
Tumores espontáneos y su utilidad
Algunas especies tienden a desarrollar tumores espontáneamente, especialmente variedades híbridas, aunque algunos géneros, como el tabaco (Nicotiana), tienden a ser más susceptibles que otros.
La causa que subyace en la formación de estos tumores suele ser una herida o una disfunción hormonal. Pero este tipo de tumores no representan un peligro para la vida de la planta, y en casos extremos, como mucho puede comprometer su reproducción. No obstante, la ciencia ha hallado utilidad en este fenómeno.
Los tumores vegetales están formados por crecimientos masivos indiferenciados de células totipotentes, y esto tiene una serie de implicaciones. Una masa tumoral puede, de forma espontánea o inducida, producir brotes a partir de los que se pueden desarrollar tallos y hojas. Este fenómeno permite a los investigadores clonar plantas sin dificultad. De hecho, es una práctica común para los estudiantes de biología inducir la formación de un callo tumoral desde un fragmento de hoja de tabaco, y a partir de él, obtener varias plantas nuevas, completas.
Las plantas tienen un sistema biológico mucho más flexible y resiliente que los animales, y aunque algunos procesos sean comunes en su origen, sus resultados son drásticamente distintos.
Referencias:
AECC. 2021. ¿Cuántos Tipos de Cáncer Existen?
Doonan, J. H. et al. 2010. Walls around tumours — why plants do not develop cancer. Nature Reviews Cancer, 10(11), 794-802. DOI: 10.1038/nrc2942
NIH - Instituto Nacional del Cáncer. 2017. Genética del cáncer (nciglobal,ncienterprise) [CgvArticle].
(Revista Muy)Viernes, 12 de mayo de 2023
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