La ganadería le gana al trigo En el sudeste bonaerense, Belén Vidal cuenta que en los últimos años se ha volcado más hacia esa actividad dadas las dificultades de comercialización del cereal. Mayor estabilidad y menor riesgo, las razones. En Coronel Pringles, casa triguera por excelencia del sudeste bonaerense, hay casos donde el cereal pierde la partida frente a la ganadería. Uno es el de Belén Vidal, que dedica el 70% del campo de 4.000 ha a la ganadería vacuna y ovina y el 30% restante a los cultivos. "La actividad ganadera tiene más estabilidad que la agrícola, sobre todo en esta zona que el clima no es tan estable. Por ahí falta el agua, llueve todo en tiempo de verano y es muy seco. Entonces, los resultados agrícolas son erráticos, la inversión es mucho mayor y el riesgo también", explica a Infocampo la productora, que estima una carga de 0,8 EV/ha.
Admite que "el fuerte era el trigo, pero debido a que la comercialización era complicada y los precios malos, se redujo mucho el área. En estos días se estará sembrando un 50% de lo que se sembraba habitualmente". No obstante, continuó sembrando cebada, dado que en caso de no poder comercializarla podrá utilizarla como forrajera. Para la campaña gruesa, decidió abandonar al girasol y concentrarse en el maíz, también para alimentación.
Respecto de la ganadería, Vidal realiza ciclo completo, es decir, cría y recría invernada. Tiene un índice de preñez importante, que va del 93 al 95%, y desde hace unos años no hacen destete precoz. Asegura que no han tenido graves problemas de sanidad: "Se hace un plan sanitario todos los años, que incluye desparasitación periódica de lo que es la invernada, vacunación triple al animal joven dos veces al año cada seis meses. En cuanto al animal adulto, depende. Por supuesto, hacemos después todo el control de bicheras y piojos".
Cuando se trata de animales traídos de otro lado, refuerzan con vacunas contra queratoconjuntivitis y síndrome respiratorio. Cuando se trata de alimentación, cuenta que las vacas se manejan en campo natural por las características del mismo, con mucha loma, y por lo tanto no arable. "También se le hacen verdeos, tanto de invierno (avena y cebada) como de verano (sorgo granífero en uso diferido y maíz), y se usan los rastrojos. Tenemos muy poquitas pasturas, más que nada para hacer los puentes entre los verdeos de invierno y verano", cuenta. Al no usar pasturas, manejan dos rodeos, uno con servicio en primavera y otro en otoño.
En cuanto a la genética, no tiene mayores precisiones porque "es un rodeo que se ha conformado con compra de hacienda de varios orígenes distintos y los toros que se usan no siempre son de la misma cabaña".
No obstante, Vidal aclara que el 60% de la ganadería es ovina (9 a 10 cabezas por ha), dada la alta rentabilidad que ofrece en conjunto por la venta de carne y de lana fina, dado que cría raza merino. "Es un plus", dice. (Infocampo)Sábado, 25 de julio de 2015
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