El Panóptico de la UNNE: Controlan a los trabajadores En el campus Cabral de Corrientes donde funciona la coordinación de las carreras de Comunicación, Laborales y Turismo se aplica el método de vigilancia panóptico sólo que con rasgos del posmodernismo. El vigilante ejerce el poder desde pantallas conectadas a cámaras y no desde una torre.
La vigilancia comenzó a mediados de septiembre en medio de reclamos de presupuestos para comprar impresoras y computadoras por parte de los no docentes. El objetivo parece ser controlar de alguna manera su trabajo pero no se sabe el por qué. Lo triste es que sirvió de excusa para la instalación de cámaras lo sucedido hace poco con Maxi.
El panóptico es un tipo de arquitectura carcelaria. El objetivo de la estructura panóptica es permitir a su guardián, guarnecido en una torre central, observar a todos los prisioneros, recluidos en celdas individuales alrededor de la torre, sin que estos puedan saber si son observados.
La diferencia es que no son, en este caso, prisioneros sino más bien trabajadores y estudiantes. Y la vigilancia es en pantallas conectadas a cámaras que sólo las mira el coordinador de las carreras, según los trabajadores.
El efecto más importante del panóptico es inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder, sin que ese poder se esté ejerciendo de manera efectiva y el fin es castigar ante un incumplimiento de deberes establecidos.
Bajo la excusa “luego de lo que pasó con Maxi necesitamos seguridad”, se instalaron en el edificio que nuclea las carreras de Comunicación Social, Laborales y Turismo más de diez cámaras con el objetivo, según algunos no docentes (oficinistas y porteros), de “controlar su trabajo”.
Cámara del primer piso de las aulas.
Cámara en la puerta de entrada y salida de atras en la planta baja.
“El reclamo comenzó en realidad porque no hay dinero para comprar impresoras y computadoras, las memorias no nos dan abasto para los archivos” y siguen “nosotros pedimos presupuesto para eso y de repente se compran cámaras”, lo dicen indignados.
Según lo que ellos saben es que a las cámaras no las instala, ni las controla una empresa de seguridad, que en todo caso sería al menos serios cuanto no menos repudiable. Sino que las controla sólo el coordinador de las carreras Daniel Ferrando.
Siguiendo con el control explicaron que “nos sacan fotos del horario en que entramos y salimos de nuestro trabajo”. Esa la típica descripción de las sociedades del capitalismo posmoderno, vigilar y castigar.
Cámara que se encuentra en dirección a las mesas de las agrupaciones. También hay de éstas en dirección a la ventana de alumnado y mesa de entrada.
“Nos sacan fotos del horario en que entramos y salimos de nuestro trabajo”
Las cámaras no sólo representan una persecución a los no docentes sino también a los estudiantes. Es curioso que en el sector donde el rector de Humanidades, Aldo Lineras y el coordinador de las carreras eligieron para que las agrupaciones instalen sus mesitas de militancia hay dos cámaras.
Los no docentes tuvieron una reunión con Aldo Lineras en la que les prometió resolver el conflicto para fin de cursada del año. Si eso no sucede los trabajadores comenzarán una campaña de reclamos.
Si la realidad se presenta tal cual como la explican los no docentes es repudiable la situación y triste que la excusa de fondo sea lo sucedido con Maxi. Es decir, tomar la situación para vincularla a otra cosa, perseguir a los trabajadores. (NuevaMiradaCorrientes)Sábado, 19 de septiembre de 2015
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