¿Por qué protesta el campo? Con el lema "No maten al campo", los productores agropecuarios de todo el país se manifiestan en numerosas provincias, como Buenos Aires, La Pampa, Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Salta y Tucumán, entre otras, para reclamar una vez más por un cambio de política agropecuaria.
La Mesa de Enlace volvió a alzar la voz por los productores que hoy están en una situación complicada y llegó a la situación de un cese de actividad agropecuaria.
Es por ello que en las asambleas los productores expresaron que no pueden seguir produciendo así con esta falta de incentivos, de mercados y con una alta presión fiscal que les quita las esperanzas porque no saben si superarán esta campaña.
Sabemos que para la ciudadanía es difícil entender nuestros reclamos cuando sus preocupaciones son otras como llegar a fin de mes o mantener el empleo en una economía que no crece y peor aún se imaginan que nosotros estemos peleando por seguir subsistiendo como chacareros.
Como personas de campo entendemos perfectamente que las necesidades de la comunidad sean otras, pero no podemos callarnos cuando hay miles de trabajadores como nosotros que se están fundiendo por las malas políticas económicas y agropecuarias.
Hoy no sólo estamos hablando de cuestiones económicas sino hoy peligra:
-El empleo en el interior del país.
-Nuestro trabajo y futuro como productores.
-El futuro de nuestras familias y de nuestros hijos.
-El desarrollo y el arraigo en los pueblos del interior.
Por lo tanto es importante hacer conocer la realidad del campo. Ya no se trata de actividades puntuales sino de todas las producciones agropecuarias que están en una crítica situación económica y social. Ya no tenemos las condiciones mundiales de hace una década atrás donde el valor de los commodities, de las producciones regionales, y de las carnes crecía.
Hoy los precios son menores, es decir el mundo quiere seguir consumiendo alimentos pero a otros precios.
La economías regionales que lograron en estos años insertarse al mundo y generar en el interior del país un entramado económico sobresaliente hoy están en una compleja situación y nadie está haciendo nada por solucionar el deterioro cambiario ni la inflación, ni el aumento de costos ni por reducir los conflictos sociales ante la falta de oportunidades.
Las asambleas reclamaron por un presente y futuro como productores de alimentos, por los casi 300 mil productores, por sus familias y por casi el 40% de los trabajadores que dependen directa e indirectamente de estos sectores productivos.
Hoy todos somos productores de peras y manzanas que la única posibilidad que tienen es dejar los frutos en las plantas porque hoy no es negocio producir, porque le pagan $ 0.30 por kilo y por cosechar ese kilo, le cobran $ 0.40.
O productores de naranjas de Corrientes o Entre Ríos que le pagan $0.5 por kilo y en la góndola ese kilo vale $ 9.
O productores de vitivinícolas que porque el Gobierno se equivocó con la estimaciones de producción de uva hay un excedente de 200 millones de litros de vino y al no haber mercado para venderlo, aumenta la oferta y cae el precio pagado al productor cuando en la góndola sube.
O productores de trigo que no se les deje vender lo producido en un mercado intervenido donde los únicos que se perjudican son los productores y consumidores y donde hoy el pan vale 620 veces más que hace 10 años y 2100 veces más que el kilo de trigo.
O productores de leche que se les paga $3 desde hace más de un año mientras que la industria intenta bajarlo, y el precio de la leche al consumidor vale casi 4 veces más.
¿La falta de competitividad, de mercados, la inflación, las retenciones, la falta de empleo y de futuro no nos afecta a todos por igual?
Y este reclamo sobre todo es porque los productores no quieren subsidios. Ni que les saquen para luego devolverles. Quieren poder producir y vender libremente. No se puede distribuir una riqueza que no se genera y no se puede generar desarrollo sino podemos crecer.
El campo ha demostrado, como ya sucedió en 2003, que cuando es rentable funciona la usina productiva generando empleo, servicios, modernización de maquinarias y todo el efecto derrame que esto provoca.
Porque para nosotros no es lo mismo mantener los niveles de producción de leche que hace 10 años, con 5000 tambos menos ni obtener niveles de producción de granos récords con miles de productores que se quedaron y se quedan en el camino.
Eso significa menos productores en el campo, menos mano de obra, menos crecimiento y más pobreza en el interior del país. No nos vamos a resignar a desaparecer y a la desesperanza.
Por ello es que la Mesa de Enlace, junto con los productores a lo largo y ancho del país, seguirá reclamando porque producir es nuestra forma y elección de vida y porque creemos y seguimos creyendo que es el mejor aporte que podemos hacer a nuestro país y sobre todo a los pueblos del interior.
Por Nieves Pascuzzi Economista de ConinagroMiércoles, 26 de agosto de 2015
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