Carta de Elena Bonatti Estimados amigos, les escribo esta carta porque quiero contarles que en Curuzú Cuatiá, desde el mes de octubre, se está construyendo un pabellón oncológico, de 2.150 m2.
Este pabellón servirá para el diagnóstico y tratamiento de tumores, estará equipado con maquinaria de última generación, la misma que hoy en día utilizan en los hospitales de mayor complejidad del mundo. Allí será posible hacerse todos los análisis, controles y radioterapia necesarios para combatir esta enfermedad.
Enfermedad que yo misma sufrí, un cáncer muy agresivo y del cual me curé en Milán. Mientras estaba haciendo la quimioterapia pensé que tenía mucha suerte en poder acceder a uno de los mejores hospitales del mundo, donde contaban con tecnología de punta y cirujanos, radiólogos y radioterapeutas de primer nivel.
Además, como ustedes saben, toda mi familia está muy ligada a la provincia de Corrientes desde los años 60. Es por todo ello que he pensado lo duro que puede ser para los correntinos tener esta enfermedad y tener que recorrer 600 km hasta Buenos Aires o 320 hasta Corrientes capital. Así es que no dudé y decidí hacer un hospital oncológico que cuente con todo esto, la maquinaría y las personas. Así es que, en octubre he enviado un radiólogo (Cristian Larralde) y un técnico radiólogo (Sergio Pasetto) del Hospital Irastorza al hospital San Raffaele, de Milán uno de los mejores en Europa y referente a nivel mundial, para formarlos con las técnicas e infraestructura que tendremos en Curuzú.
El 15 de enero, al mismo hospital, irán 2 oncólogas una del Hospital Irastorza y otra del Hospital de Goya, allí vivirán 3 meses y aprenderán los diferentes protocolos que hoy en día se utilizan en el tratamiento de los diferentes tipos de cáncer. Finalmente, el primero de marzo, viajarán 2 cirujanos (José María Álvarez y Sergio Miño) también por 3 meses al Hospital Humanitas, que al igual que el hospital anterior es muy reconocido a nivel mundial.
Esto se debe a que creo que además de tener la estructura y el equipamiento, es fundamental tener el capital humano comprometido y preparado para enfrentarse con esta enfermedad que, afortunadamente, siempre son más las personas que se curan. Este pabellón oncológico lo he dedicado a mi mamá, Ana Rocca de Bonatti conocida también como Doña Ana, que amaba mucho esta tierra y sus habitantes. Tanto ella como mi papá, nos enseñaron a vivir en el mundo no de forma indiferente, sino con la idea de que cada uno, con y como podía, debía participar de algún cambio o mejora en la sociedad. No se puede, en un mundo híper globalizado, vivir aislado de los problemas y padecimientos de los demás.
Es por esto que les cuento queridos amigos, que dentro de un año van a tener este centro donde encontrarán no solo los médicos que antes les mencioné, sino donde se dictarán constantes charlas de médicos extranjeros para seguir actualizándonos, y así estar siempre preparados para combatir contra esta enfermedad.
Quiero solicitarles que esta buena noticia sea difundida en toda su comunidad, ya que ellos serán los beneficiados con esta obra.
Descontando desde ya vuestra colaboración en esta solidaria tarea, los saludo con atenta consideración.
Elena Bonatti Jueves, 29 de diciembre de 2016
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