La política va a marzo (Por Confucio) Con la sola excepción de resolver quién sucederá a Guillermo Semhan, las demás cuestiones quedarán para marzo, con el reinicio del año legislativo. La consideración del Presupuesto, la definición de nombres en Encuentro por Corrientes, tanto para la Gobernación como la fórmula a la Intendencia deberán esperar. En el justicialismo se analizan los tiempos.
Caída la reforma el Congreso pierde motivación, aunque no está descartado. La convocatoria a internas no obliga su convocatoria.
Es resorte del Consejo Provincial. Hay opiniones encontradas sobre la oportunidad de reabrir el debate interno luego de los logros alcanzados al neutralizar el intento reformista.
Aun así prima el diálogo que se desarrolla dentro de parámetros que no anticipan contratiempos a la hora de las definiciones. La fecha de internas podría ir de marzo a mayo, aunque tampoco genera tensiones. Enero sería un mes tranquilo para radicales y peronistas. Lo fuerte vendrá después.
En la mira, la elección del Presidente del STJ
TIEMPO DE DECISIONES. La "mbopa" del entuerto Gobierno vs Municipio Capital quedó por el Superior Tribunal que -tarde o temprano- deberá expedirse. Colombi lo tiene en la mira a Semhan por el alto perfil que asumió en los últimos tiempos.
De hecho, no ve con agrado la posibilidad de una sexta reelección del Magistrado mercedeño, que el jueves, luego del Acuerdo de Ministros recibió a Arturo Colombi en una reunión que generó expectativas en la medida en que, como hombre fuerte del gobierno de Ricardo fue quien impulsó su nombre.
"Quedate tranquilo", le dijo Arturo, café de por medio. Guillermo Semhan intentó días atrás poner paños fríos al revuelo mediático que generaron las primeras manifestaciones del gobernador, Ricardo Colombi durante el pasado mes, en contra de la homologación del acuerdo por deudas entre Ioscor y Capital.
"El convenio está firmado y eso es lo que vale, produce efecto entre las dos partes desde la misma firma del convenio", definió el Magistrado ante la prensa, unos 10 días antes del cambio de mes. Semhan consideró importante "tener esperanza y fe en que todo se va a normalizar", y vinculó la polémica desatada por Colombi a "una cuestión política y coyuntural" frente a la cual "debemos tener paciencia y tolerancia para el momento oportuno", dijo.
La noticia del año fue sin duda el histórico triunfo de Donald Trump en los EE UU, un hecho de profunda repercusión en el mundo, cuyos alcances serán determinados por el paso del tiempo.
Argentina en tanto espera cómo acomodarse al nuevo orden. Lo que menos esperaba Macri era el triunfo de Trump. Se había jugado, en demasía por la candidata demócrata.
Las implicancias están dadas en los términos de la relación, fundamentalmente en el comercio, en lo financiero y en seguridad. Los medios de comunicación fueron los grandes perdedores. Se jugaron por el triunfo de Clinton. Aun así no fueron los únicos. Las grandes encuestadoras del país, con excepción de solo una, anticiparon que la ex Primera Dama sería la primera Presidente mujer.
En una relación aplastante vaticinaron la derrota de Trump. El establishment americano hizo lo propio. El triunfo de Donald pareció no estar en los papeles casi de nadie.
En este aspecto, resulta reveladora la columna el último domingo de EL LIBERTADOR. En ella y tal como se aprecia en el epígrafe que se reproduce, Confucio deslizó la posibilidad de que las cosas fueran como a la postre terminaron siendo, esto es la carta de Trump estaba en el mazo y podía salir.
Elecciones son elecciones y más allá de lo que se diga, los favoritos muchas veces quedan en el camino.
Ello porque el voto es esencialmente emocional, no pensante y de hecho hay un porcentaje importante que, en situaciones de esta naturaleza, suelen ocultar sus intenciones. Es el llamado voto vergonzante, que se descubre a la hora de los cómputos.
Lo cierto es que Trump creó el personaje, representando el sentimiento y el pensamiento de millones de americanos que expresaban un voto castigo. Que estaban por la alternancia en el ejercicio del poder, una característica del pueblo americano, y que vieron al candidato republicano como el punta de lanza de ese cambio que anhelaban.
Grandes sectores de la clase media y la clase media baja encontraron en el candidato republicano la canalización de su descontento para con las políticas del partido Demócrata gobernante.
Los medios jugaron decididamente en contra y ello terminó favoreciendo notoriamente al candidato al que quisieron perjudicar. Por aquello de que el avión necesita viento en contra para levantar vuelo, la ferocidad de la prédica mediática aceleró la instalación de Trump, y puso la elección como tema central de la agenda de los americanos.
Esto se evidenció con claridad en el porcentaje muy alto de concurrencia a las urnas, con la particularidad de que gran parte de esta concurrencia se verificó antes del día martes. El llamado voto anticipado que creció notoriamente alcanzando su pico más alto desde su instalación hace más de tres décadas.
Hillary sumó otro error, en línea con la ferocidad mediática. Tomó a su contrincante como el demonio, con un discurso desmedidamente agresivo que terminó por valorizarlo. No habló tanto de lo que iba a hacer, sino que se centró en lo que consideró falencias de su oponente. Lo más probable es que si hubiera sido indiferente la figura del personaje no se habría instalado en los primeros planos como a la postre ocurrió. Era el tema de los americanos. La irrupción de un personaje excéntrico que generaba interés. EL PRIMER DISCURSO DEL NUEVO PRESIDENTE A las 4.55 del miércoles 9, Donald Trump se dirigió al país ya como Presidente electo. Lo hizo en una aparición de tres minutos en los que sorprendió por el tenor de sus palabras. Rescató a su oponente. Señaló que acababa de recibir una llamada de ella de felicitación, destacando que hizo un gran trabajo y llamó a trabajar juntos, renovando el sueño americano. "Es hora de unirnos como una gran nación", expresó el nuevo Presidente.
No fue un hecho menor. Está claro que las cosas que sirven para llegar no sirven para mantenerse y menos para proyectarse. En este marco, el giro de Trump parece lógico y acorde a una persona que por algo ha llegado donde está. Ganó una elección en absoluta soledad, con una imagen negativa superior al 62 por ciento. Enfrentó sucesivos escándalos durante el desarrollo de la tarea proselitista que lo obligaron a cambiar en tres oportunidades su jefe de campaña. Se distanciaron de él conocidos dirigentes de su propio partido y hasta se especuló una y otra vez con la eventualidad de su renuncia a la nominación.
A la luz de los hechos, más pareció una campaña de prensa para potenciar sus debilidades e inconvenientes. A ellas les contrapuso una férrea voluntad de trabajar hasta el final con la convicción del triunfo que finalmente se dio.
Algo está claro. Es un hombre excepcional que, con defectos y virtudes, encarna el tesón de los que están llamados a triunfar. Llega a la Primera Magistratura de la Nación sin haber pasado antes por ningún escalón intermedio.
A los 70 años, el nuevo Presidente es todo un interrogante. No tiene equipo. Genera más dudas que certezas. A 70 días de la fecha en que deberá asumir los destinos de la Nación, nadie sabe adónde apuntará.
Su discurso de campaña quedará a prueba. Lo más probables es que se adapte a una realidad que no deja margen a ningún presidente para salirse de algunos moldes preestablecidos. El 20 de enero de 2017, Barack Obama, hoy el hombre con más poder en el mundo dejará el gobierno. El poder se trasladara automáticamente. De hecho, se vive ya una larga transición entre el que se va y el que viene.
Estados Unidos tiene esta particularidad. El Presidente se va a su casa. Pasa a ser un hombre más y ni siquiera planea un retorno. Queda de manifiesto que el gobierno no es el poder. ANTES, DURANTE Y DESPUÉS Donald Trump llega a la Presidencia con todos los medios en contra. Ellos influyeron en crear el mito del personaje llamado a conducir los destinos de la Nación.
En la Argentina pasó lo mismo en 1945/1946 con la Unión Democrática. Los medios cerraron filas para impedir el acceso del general, Juan Perón al poder. Apoyaron decididamente a la constelación multipartidaria que se había conformado para enfrentar al naciente peronismo.
Fracasaron y de hecho contribuyeron a darle mayor entidad a la oferta electoral impulsada desde el Gobierno.
En Corrientes, en 2009 ocurrió lo mismo con Ricardo Colombi. Ganó favorecido por la campaña que se orquestó desde la administración provincial corporizada en su primo Arturo. Fue el propio Gobierno el que ubicó a Ricardo como el adversario, en desmedro de la fórmula peronista que quedó en segundo plano y fuera de la segunda vuelta electoral.
Aun así, algo hay que tener en cuenta. Para llegar se puede prescindir de los medios y aun estar contra ellos, que muchas veces terminan obteniendo un resultado contrario al buscado al facilitar o acelerar la instalación de quien buscan exterminar, pero está claro que una cosa es llegar y otra es gobernar.
Para esto último es difícil prescindir de los medios. Si estos asumen posiciones beligerantes, quien lleva todas las de perder es el gobierno. Es solo cuestión de tiempo. Lo hemos visto con la saliente administración de Cristina Kirchner. Se enfrentó a los medios más importantes y no pudo. El tiempo corrió a favor de estos. El continuo esmerilamiento de la gestión tuvo efectos electorales que llevaron a la derrota en el ballotage.
Y en este análisis del antes, el durante y el después no puede soslayarse el factor justicia. Los gobiernos mientras son gobiernos conviven con ella, muchas veces de manera traumática, pero la van llevando en un tira y afloje permanente.
El tema pasa por el día después. Lo están viviendo también los funcionarios de la anterior administración. Cristina Kirchner, en este aspecto, no pareció medir las consecuencias de lo que implicaba ponerse de punta con el sistema judicial y con el espectro mediático.
Estos factores de poder juegan, muchas veces partidos distintos a los propios gobiernos que suceden a los anteriores. Tienen intereses propios en los que no caben las valoraciones políticas. En este marco es habitual decir que los gobernantes el día que asumen es como si se subieran a un tigre. La cuestión es cuando llega el momento de bajarse.
En este contexto, Trump es hoy presidente electo. Llegó con los medios en contra. Ahora debe blindar su gobierno. Y el día después deberá seguir conviviendo, ya desde una posición vulnerable con los medios y la Justicia, algo que el kirchnerismo está sufriendo en la medida en que todas las prevenciones tomadas en su momento como el control de ambas cámaras, el control del Consejo de la Magistratura y demás ceden cuando la birome pasa de manos.
En definitiva, para los gobiernos los medios son relevantes no antes. Su durante y después y la Justicia, muchas veces vinculada a lo mediático, es el dolor de cabeza que sobreviene cuando el gobierno pasa de manos.
Una realidad que muestra muchos ejemplos como para entender que en la rueda del poder siempre hay que mirar al futuro. 240 AÑOS DE DEMOCRACIA SIN UNA MUJER EN LA PRESIDENCIA Hillary Clinton no logró romper la racha de los EE UU. Acaso, como la maldición que impide a un gobernador de la Provincia de Buenos Aires sentar sus reales en la Casa Rosada, los americanos no ven con agrado que una mujer conduzca loa destinos de la Nación.Sí permitió que un presidente de origen negro lo haga. Obama concluye su mandato con un alto grado de aprobación y con logros significativos. Aun así, no pudo trasladar a su delfín la candidata demócrata su imagen positiva. UNA SITUACIÓN COMPLEJA El nuevo Presidente asume con poco más de la mitad del electorado que no lo voto y además -un tema que no es menor- con una situación traumática puertas adentro del Partido Republicano, quien tendrá mayoría en ambas alas del Parlamento, pero con un Presidente que ha roto todos los moldes. Que no se acomoda a los códigos de la relación política y que deberá poner todo el empeño para consensuar no sólo hacia afuera, sino también hacia adentro.
Los líderes del Partido Republicano en ambas cámaras del Congreso están hoy distantes del Presidente electo. Por delante, Trump tiene recomponer las relaciones con su propio partido. Una de las primeras decisiones será la nominación del nuevo Presidente de la Corte Suprema de los EE UU. Obama no logró que el Senado otorgue acuerdo al candidato que impulsó. Importa recordar que el país del Norte el Presidente lo elige el Poder Ejecutivo, esto es no es una designación indirecta que surge de entre los jueces del Tribunal.
El Presidente de la Cámara de Representantes será un hombre clave. Líder en el congreso, pertenece al Partido Republicano, pero se abstuvo de involucrarse en la campaña electoral para preservar la institucionalidad. Ahora, las miradas apuntan tanto a él cómo al flamante Vicepresidente, un gobernador de reconocida prudencia. En ambos deberá apoyarse el Presidente para darle operatividad a su gobierno.
Otro tema importante es que en los EE UU el Gabinete debe ser ratificado por el Senado un tema que obliga a Trump a manejarse con guantes de seda. Las editoriales de los principales diarios del país, luego del triunfo, son reveladoras de que no se vienen tiempos fáciles para el Presidente.
La estabilidad institucional dependerá de que sepa interpretar que el país no es una empresa y que la política tiene códigos en la relación que no pueden ser obviados.
Trump tiene por delante el desafío de acomodarse a las reglas de la política, comenzando por su propio partido, algo que no le será fácil, pero que determinará la posibilidad de afianzarse.
En los hechos, será el partido el que regule las políticas del Gobierno, con la decisión de no darle un cheque en blanco al Presidente. De ahí la importancia del rol que asumirá el Gobernador de Indiana, esto es el Vicepresidente electo sobre el cual posan todas las miradas como en sustituto natural de Trump.
Ejemplos como lo ocurrido en el Paraguay, donde los dos partidos tradicionales se unieron contra el obispo Lugo, determinando su salida anticipada o lo acaecido en el Brasil con Dilma Rousseff marca la importancia de la valoración política.
Podría decirse que los Estados Unidos tienen otra tradición y otra cultura política. Es cierto. Pero también que todo dependerá de que el nuevo Presidente, así lo entienda adecuando su comportamiento a los moldes impuestos por la tradición americana.
A este respecto hay dudas. Trump hasta ahora se ha mostrado como un transgresor serial. Ha roto sistemáticamente todos los códigos. Habrá que ver de acá en más sus pasos. Las dudas están sobre el tapete.
La eventualidad de un juicio político al Presidente no es una posibilidad a priori que deba descartarse. Cabe recordar lo sucedido hace dos décadas en Ecuador, cuando el Presidente elegido quiso salirse de las reglas del sistema y terminó siendo eyectado siete meses después de asumir por una decisión del Parlamento que juzgó que tenía una incapacidad mental para conducir al país.
ARGENTINA MIRA CON PREOCUPACIÓN EL PROCESO QUE SE VIENE La administración macrista había jugado todas sus fichas a la continuidad del Partido Demócrata en el poder. Había establecido una relación más que cordial, tanto con el presidente saliente como con la candidata llamada a sucederlo, y hasta se pronunció más allá de lo razonable en favor de un triunfo que no se dio. La política de los Estados Unidos para con la Argentina, en principio no sería la misma con Trump. Hay preocupación fundamentalmente en términos de comercio y en lo financiero. No es previsible el tiempo que se viene.
Aun así el Presidente argentino y el nuevo mandatario estadounidense se conocen. Es en verdad Macri al único presidente latinoamericano al que Trump registra, aunque no está del todo claro los términos de la relación que supieron tener, con negocios comunes con la familia Macri que pareciera no llegaron a buen puerto.
Lo cierto es que el Gobierno tiene la necesidad de replantear su estrategia de aca en más. No será tarea fácil. LA RELACIÓN CON VLADIMIR PUTIN La foto del Presidente de Rusia con una copa de champagne brindando por el triunfo de Trump recorrió el mundo. Fue impactante. En otros tiempos, la sola sospecha de algún tipo de acuerdo secreto de un candidato a la presidencia de los EE UU con el hombre fuerte ruso hubiera determinado una descalificación eliminarte.
En esta oportunidad fue el propio candidato republicano quien hizo gala de su buena onda por Putin, con gestos recíprocos que se corroboraron con el festejo luego de la victoria.
Aquí entra en análisis un punto central en la concepción del poder. Los Estados Unidos tienen por su caracterización histórica, desde tiempos de su constitución, que las instituciones están por sobre los gobernantes. El poder no reside en ellos, sino en el sistema del que forman parte y son exponentes.
Lo contrario de lo que ocurre en la Rusia de Putin y sus predecesores. Allá existe el concepto que viene de los zares en el sentido de que quienes están en el gobierno son el poder. MENOS VOTOS MÁS ELECTORES Trump perdió la elección voto a voto. La candidata demócrata lo superó en cerca de 140.000 votos. Aun así, en la adjudicación de electorales conforme al sistema estadounidense, el Republicano se quedó con una holgada mayoría en el colegio electoral. Ello, porque de los 50 estados, en 48 rige el sistema de que quien gana se lleva todos los electores. Sólo en 2 de ellos existe un sistema equiparable al que existía en la Argentina hasta la reforma del ‘94. Los constituyentes de 1853 atribuyeron una representación proporcional que de haber sido la norma aplicable a la elección estadounidense hubiera determinado un resultado distinto. OBAMA PONE PAÑOS FRÍOS El Presidente se apresuró a decir que no había ganadores ni vencidos y rápidamente convocó a una reunión al Presidente electo. En la misma línea se pronuncia la candidata perdedora. Obama pidió a los demócratas que reconozcan la derrota, en un intento por aplacar el descontento que se abatió sobre gran parte de la Nación.
No es un dato menor las editoriales de los diarios más influyentes del país. Es una señal amarilla en el futuro institucional de la Nación. De ahí la importancia que cobra el Vicepresidente de la Nación, que será titular del Senado y el propio Presidente de la Cámara de Representantes con un Partido Republicano que aparece a la luz del sistema político como el garante de las reglas de un bipartidismo que, más allá de las diferencias ha alcanzado una fortaleza envidiable. ESCENARIO CORRENTINO En el marco provincial, el fin de las sesiones ordinarias está llamado a abrir un paréntesis en la ajetreada vida política provincial luego de un año dominado por el tema de la reforma.
Está claro que no habrá sesiones extraordinarias. El Presupuesto deberá esperar hasta la reanudación del año parlamentario.
Está claro que el oficialismo demorará las decisiones no sólo en lo relacionado con la candidatura a Gobernador, sino lo más probable es que tampoco defina la fórmula que irá por el Municipio de la Capital, más allá de que el Ministro Secretario General haya anticipado lo contrario.
En el justicialismo reina la calma. La caída de la reforma fue como un bálsamo que terminó por alinear la tropa.
El proceso electoral interno es la asignatura pendiente. La fijación de la fecha es resorte y competencia del Consejo Provincial del partido no del Congreso, respecto a cuya realización en principio prevista para el 3 de diciembre hay dudas.
Al no tener como tema principal una posición en torno a la reforma, el mismo, para este momento político parece haber perdido significación.
Aun así no hay posición tomada. Será el consenso en el ámbito de la mesa o del Consejo partidario el que determine la oportunidad y conveniencia de abrir un debate en el seno del Congreso, algo en lo que no todos están de acuerdo.
Los que así piensan apuntan a que el peronismo cierre bien el año como para introducir temas en la agenda para cuya resolución no es el momento. Y, siendo que para convocar y fijar fecha de internas no es necesario hacerlo por la vía del Congreso, surge la duda que podría resolverse en uno u otro sentido según la opinión de quienes tienen la potestad de tomar decisiones institucionales.
La misma fecha de internas, en principio previstas para marzo, son motivo de análisis. Con un oficialismo dominado por las dudas y frente a la necesidad de manejar los tiempos para contener a todas las expresiones del peronismo y sumar aliados, el análisis pasa por determinar la mejor fecha.
En el caso de que se mantenga el criterio de anticipar el calendario electoral, los primeros días de febrero será la fecha de cierre de listas, lo cual llevará a un enero caliente donde deberá extremarse el trabajo para la composición de las listas para la interna.
La reflexión pasa por la necesidad de que las mismas, fundamentalmente en el buen armado en los 71 municipios, demandan un trabajo artesanal puertas adentro del peronismo y con los aliados en cada localidad, lo cual hace que no se vea la conformación de las listas como una tarea administrativa tendiente a cumplir una formalidad que a la vez cierra muchas expectativas sobre las que cabe trabajar en los distintos pueblos.
La realidad política de la Provincia determina con claridad que las cosas están resueltas en lo estructural, esto es, lo más probable es que Camau vaya por la Gobernación y Fabián Ríos apueste a su reelección. Los candidatos a intendentes del justicialismo son beneficiarios del efecto derrame de la boleta provincial y, más allá de simpatías o no, la realidad muestra que un candidato fuerte a la Gobernación ayuda y mucho a los resultados en las distintas comunas. Hoy, las encuestas en el plano interno benefician claramente a Camau por sobre Ríos, aun en Capital y con diferencias sorprendentes en el Interior.
Aun así, está claro que una elección no se gana sólo con el acierto en los candidatos. Hay muchos más elementos a tener en cuenta y uno de ellos es la política de alianzas de abajo hacia arriba, con un adecuado análisis de la realidad provincial que marca, por un lado, la necesidad de preservar los gobiernos comunales que se tienen (26), trabajar sobre los posibles (10/12), y darse una política respecto a los demás de forma de evitar diferencias como las que logro Encuentro por Corrientes en la última elección en siete u ocho comunas.
Conforme a este análisis, vendrá la ponderación respecto a la oportunidad y el alcance de las colectoras. Hay criterio claro de limitarlas, aunque no eliminarlas. Es parte de un análisis en el que deberá primar una estrategia de poder que privilegie la Provincia sin poner en riesgo ni el logro de las intendencias, ni la gobernabilidad en el ámbito de los Concejos Deliberantes. CAMAU SE REPLIEGA A LA ESPERA DE DEFINICIONES Camau sigue corriendo solo, con un trabajo silencioso que se extiende en la geografía provincial y que no se limita al campo de la política. Por lo pronto apunta a preservarse. No polemizará con el Gobierno que se va ni con posibles candidatos hasta que no tengan la formalidad de tales. Tampoco lo hará con el Ministro de Hacienda, del cual se ocupará, cuando corresponda, el diputado Martin Barrionuevo, que asoma como el posible titular del área si gana el peronismo.
El diálogo con los otros sectores políticos se desarrolla con amplitud, sin tiempos y aun consciente de que por delante hay que superar las definiciones internas. Más allá de esto, lo importante pasa por la generación de expectativas de una conjunción de esfuerzos donde deben estar todos los sectores del peronismo, desde los K, los anti K, La Cámpora, las organizaciones sociales, los conservadores, los renovadores, la pata radical y hasta quienes pudieron haber votado al PRO.
La apertura y la amplitud del discurso resultan fundamentales como elemento de contención de sectores que apuestan al cambio y no se sienten representados por la oferta aún difusa de Encuentro por Corrientes.
De aquí la importancia de no acelerar los tiempos en el espectro opositor. Colombi es quien está en la cuenta regresiva. Y si bien la definición de su candidato será el primer paso, no parece fácil, a partir de esta circunstancia, amalgamar al propio radicalismo y al resto de la alianza gobernante.
El que mejor maneje la estrategia, los tiempos y las formas llevará las de ganar en un escenario complejo, donde todo tiene que ver con todo y en cual el orden de los factores sí altera el producto. LA ALTERNATIVA DE DELIA PARODI El espectro K en la Provincia ha venido instalando la posibilidad de una candidatura en la persona de Delia Parodi sin que quede en claro si se trata de las elecciones provinciales o nacionales. No deja de ser una alternativa a analizar, más allá de que haya que hurgar en la aptitud legal en función al domicilio.
En el análisis de un eventual postulación nacional, en las Paso podría decirse que suma en cuanto la multiplicidad de candidatos y contribuye a una mejor sumatoria bajo un mismo paraguas; algo que podría también intentar Encuentro por Corrientes, teniendo en cuenta que son tres las bancas en disputa en esta oportunidad.
Si la movida apuntara a una postulación provincial, debería considerarse las limitantes en la estructura, organización y recursos como para disponer de candidatos a concejales e intendentes en los 71 pueblos de la Provincia. Fuentes vinculadas a la propia Parodi desestimaron esta posibilidad, que si bien podría generar un escenario de segunda vuelta si su performance fuera aceptable, sin menoscabo para el justicialismo que podría beneficiarse por este escenario, sí representaría un problema para los jefes comunales del peronismo. Es que una cosa es una elección polarizada y otra cuando compiten más de dos fuerzas. En las intendencias las elecciones se definen voto a voto y una alternativa en paralelo puede llegar a significar derrotas no esperadas.
El interrogante es si 2017 será igual a 2013, con dos grandes frentes o se reeditará, aunque en menor medida un 2009 con tres opciones. La lógica y la realidad política muestran claramente al día de hoy que se estamos cerca de 2013 que de 2009. LLEGÓ EL PRESUPUESTO, CON DEMORAS, PERO SIN APURO El bloque de Diputados del Partido Justicialista reclamó días atrás por la demora en la elevación del Presupuesto. Los plazos estaban vencidos. El Gobierno terminó por elevar el proyecto que ingresó por la Cámara baja. Alguna falta de coordinación hubo porque en un informe enviado a las distintas jurisdicciones el Poder Ejecutivo había pedido se eleven sus propias necesidades, fijando un mayor tiempo para hacerlo. Esta circunstancia determinó que no todos lleguen a tiempo, entre ellos el Poder Judicial, que se desayunó por los medios del monto atribuido a la Justicia, bastante menor al por ellos imaginado.
Lo cierto es que la formalidad se cumplió. El gran interrogante es saber hasta dónde habrá voluntad política de la oposición para dar los dos tercios para el endeudamiento pedido. Leones y ahora tigres se friegan las manos. Será un año electoral y mucho lo que se jugará.
Lo concreto es que todo pasará para marzo. No habrá sesiones extraordinarias. El Gobierno quiere bajar los decibeles para operar mejor puertas adentro y lo propio podría terminar haciendo el justicialismo, empeñado en no desandar el camino recorrido. El marco de acuerdos, puertas adentro del peronismo está intacto.
Hay desconfianzas, visiones y puntos de vista distintos, y la necesidad de compatibilizar posiciones, pero el denominador común es que no hay margen para el error. De que las contradicciones deben acotarse si se quiere pelear el triunfo y que no hay triunfos parciales. El resultado es la sumatoria de las 71 comunas, y en todas ellas hay que tener respuestas realistas. La Capital es todo un desafío. Encuentro por Corrientes vendrá con todo por ella. No es un tema menor y para el justicialismo retener sus principales bastiones es todo un desafío que pasa por desarrollar acciones coherentes y compatibles con ese objetivo. RICARDO DESHOJA LA MARGARITA: LA CLAVE PODRÍA NO ESTAR EN REBECA, SINO EN ESTELA El Gobernador sabe que se juega mucho y no quiere equivocarse. En los hechos, por el peso del propio aparato radical Sergio "Checho" Flinta salió en punta. Corre con ventajas, pero la carrera es larga y será Ricardo, quien en el momento que él decida bajara martillo.
"Peteco" parece haber quedado relegado. Gustavo Valdés no será ni candidato a la Capital, ni a la Gobernación. Es el hombre que Colombi impulsará para la reelección en la Cámara baja. La razón no es menor. Ricardo apunta a preservar el lugar ganado en el Consejo de la Magistratura, en representación de la bancada radical o de Cambiemos, para ser más precisos, y no ignora que no será fácil, tanto más si se cambia de caballo.
Con Valdés hay más posibilidades de pelear, aunque para dicha pelea influirá de manera decisiva si logra mantener la Gobernación y si Mauricio Macri no decide construir otras alianzas electorales en Corrientes, algo que hoy por hoy no debería a priori descartarse.
Lo cierto es que aun si sigue siendo socio de Cambiemos y si gana el Gobierno en 2017, y aun con Valdés de candidato no le será fácil a Ricardo mantener el posicionamiento en el Consejo de la Magistratura.
El macrismo apunta a que ese lugar sea para un hombre del PRO o eventualmente para un radical amigo como el actual ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad que iría encabezando la lista de diputados nacionales de Córdoba con la posibilidad de un enclave estratégico en el ámbito donde se controla al Poder Judicial.
En la gatera están también Braillard, el propio "Perucho" y Gustavo Canteros, que en su ansiedad quedó en "off side" con el conjunto del aparato radical.
Con Peteco y Valdés notoriamente relegados, y con un "Mono" que no pasará de ser un gran armador, y quizás legislador provincial, las miradas están puestas en la posibilidad, quizás remota hoy de una mujer.
Lo admitió implícitamente el senador Braillard. Se habla de una Estela que no necesariamente podría ser la taquillera ex Interventora en el IPS, una mujer que da prueba de lealtad y cuyo nombre está en el bolillero, quizás porque además la delegación de Anses le quede chica. Aun así no es la única Estela, aunque no es Robaina la que está en juego, ella se alista para integrar el elenco de Camau si gana.
Aun así, Ricardo difícilmente se apure. Está convencido de que con el peso de la estructura y su buena ponderación electoral tiene media carrera ganada sea el candidato que fuera. A la postre, será la figura del Gobernador la que esté en juego y de hecho no es poca cosa como tampoco lo es su contracción al trabajo y su férrea voluntad de poder. Precisamente ahí se orientaría el mercedeño a la hora de las decisiones. Hay que descartar por completo la posibilidad de que vuelva a competir por Mercedes. Su lugar en el mundo está en Corrientes. No en Mercedes ni menos en Buenos Aires. No se imagina lejos del poder, aunque no esté en el gobierno. Y hasta es probable, muy probable, que no tenga cargo alguno. No lo necesita y hasta podría serle inconveniente en una visión más aguda.
Hoy por hoy, la prioridad de Ricardo no pasa por la definición de su sucesor. El viento fresco de Punta del Este ayudará al análisis. Estará de vuelta para la última jornada del festival chamamecero, ya con una agenda a desarrollar en el Interior que es donde mejor carga las pilas. La Capital no lo ayuda. Por ello quizás también demore definiciones de candidaturas en el principal distrito. Ve con simpatías la fórmula Eduardo Tassano-Emilio Lanari, pero no descarta a Pedro Braillard. Las opciones hoy se agotan en estas dos, ambas taquilleras que pondrán a prueba la capacidad del peronismo obligado más que nunca a trabajar con inteligencia con una actitud integradora.
Yendo a las prioridades y por aquello de que lo primero es lo primero, en la agenda del Gobierno está la Presidencia del Superior Tribunal de Justicia, a decidirse en tres semanas más. La reelección de Semhan sería vista como una derrota política que Ricardo no está en condiciones de permitirse. Será una dura prueba, más allá de que Guillermo viene de una suma de errores y de que ha quedado muy solo en la geografía de la ex Casa Nalda. Ha perdido autoridad entre sus pares y suma reproches que no mellan su voluntad de dar batalla por un nuevo período.
Lo que está claro es que no le será tarea fácil. Tampoco a los que quieran reemplazarlo. Los votos se cuentan de a uno y por estas horas nadie parece tener la vaca atada. El vicepresidente del cuerpo, Eduardo Panseri ha dicho públicamente, y a sus pares, que quiere ir por la Presidencia. En el medio quedó la cuestión presupuestaria y la nunca aclarada cuestión de los jueces sustitutos que pareció ser un incomprensible desliz del Presidente, cuyos costos los está pagando. Pareció olvidar la reconvención pública de la diputada Yagueddú, que le advirtió que sería la última vez que aceptaría que se desconozca una posición del más alto Tribunal de la Nación.
Más allá que la Diputada astradense, pareció militarse a una tarjeta amarilla luego del tirón de orejas por haber desoído un mandato imperativo de la Corte Suprema, demorando el envío de una causa pedida en dos oportunidades e incomprensiblemente retenida la cuestión quedo planteada. A buen entendedor pocas palabras. La ex jueza Yagueddú, más allá de su conducta reconocida hacia adentro y hacia afuera del PJ, hace del equilibrio político una virtud. Y aunque pueda tener presente que fue Semhan, sin justificación alguna, quien quiso desconocer sus fueros llevándola a juicio político por demorar su renuncia luego de ser electa no ignora que, por la relación de fuerzas en la Cámara de Diputados, su posición es determinante respecto a la situación del ministro Semhan.
Los números son reveladores. Los 16 votos del oficialismo lo tienen al mercedeño en capilla. Ni qué decir de los tres del PaNu. Podría pensarse que con un solo voto la suspensión estaría dada. Quizás ni siquiera sea así. Hay otro diputado cuyo apellido comienza también con "Y" que tampoco ha entendido algunas actitudes del Ministro.
De todas formas, lo más probable es que las aguas se aquieten y hasta no hay que descartar que, como hábil titiritero que es, el Presidente pueda anudar acuerdos que le aseguren un nuevo período, aunque claro está, con facultades más limitadas, acordes al entendimiento de que el Tribunal es un cuerpo colegiado donde cortarse solo tiene sus costos.
De todas formas, algo está claro, el Presidente está debilitado y eso tampoco es bueno.Domingo, 13 de noviembre de 2016
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