Mie 27 de Noviembre de 2024
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A prisión por enviar droga

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a Juan de Dios Mansilla a la pena de cinco años de prisión y multa de 5.000 pesos, tras declararlo culpable del delito de transporte de estupefacientes.

En julio de 2009 mandó algo más de 14 kilos de marihuana desde Corrientes a Comodoro Rivadavia. Un joven de la zona norte de esta ciudad habría recibido 500 pesos para retirar la encomienda en el Aeropuerto, sin saber lo que contenía. La policía lo detuvo, la Justicia lo imputó y lo dejó en libertad, pero a los pocos días fue asesinado y ese crimen sigue impune hasta la fecha.

El juicio contra Juan de Dios Mansilla se llevó a cabo en el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, el cual se integró con los jueces Enrique Jorge Guanziroli, Pedro José de Diego y Nora Cabrera de Monella. La Fiscalía fue representada por el fiscal general, Teodoro Nürnberg, mientras que el imputado recibió la asistencia del defensor público, Sergio Oribones.

El 6 de julio de 2009 el personal de la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (FUNBAPA) llevó a cabo un control de rutina en el Aeropuerto Mosconi y detectó un paquete sospechoso, el cual terminó abriéndose con orden judicial. Allí se constató que envuelto con papel aluminio había 14,4 kilos de marihuana.

La encomienda provenía desde Itatí, Corrientes, y en el nombre del emisor figuraban datos falsos. El paquete estaba dirigido a otra identidad apócrifa y correspondía a un documento robado el 23 de marzo de 2006 en Resistencia, Chaco. El destino de la encomienda era las gamelas de Kilómetro 3, en Comodoro Rivadavia.

Unos días antes, en Resistencia, Mansilla se reunió con Walter Joel Juárez y según declaró este último en el juicio, el primero le ofreció 2.000 pesos para que le retirara una encomienda con libros que enviaría a Comodoro Rivadavia. En la charla mantenida entre ellos surgió que Juárez viajaría a esta ciudad con intenciones de radicarse. En esa ocasión, además, le entregó un documento porque la encomienda iría destinada a otra persona.

El propio Juárez confesó ante los jueces que desconfió del contenido de la encomienda y la generosa retribución que recibió, temor que lo llevó a utilizar a otra persona. Así fue que entró en el circuito de lo desconocido el joven Maximiliano Nicolás Cayupel, a quien le ofrecieron 500 pesos para que retire la encomienda. A él le dieron el DNI que antes había suministrado Mansilla.

La encomienda estaba en el Aeropuerto desde el 25 de junio, mientras que el operativo para retirarla se realizó el 11 de julio. Allí la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) esperaba ansiosa al remitente, pero el anzuelo lo mordió Cayupel sin saber en qué problemas estaba metiéndose. Fue detenido de inmediato. Afuera de la terminal aérea la PSA interceptó a los dos indidivuos que lo esperaban y los identificó como Pablo Daniel Gil y Walter Joel Juárez.

DESCUBRIERON AL EMISOR

La investigación permitió en poco tiempo identificar a Juan de Dios Mansilla, cuyo domicilio fue allanado en la localidad de Resistencia. El individuo fue detenido y procesado por el delito de transporte de estupefacientes en grado de tentativa, en concurso real con tenencia ilegítima de DNI auténtico ajeno.

En su indagatoria, Mansilla dijo conocer a Juárez porque le compraba cigarrillos comerciales para la reventa en su minimercado "José", que tiene hace 18 años al frente del predio en el que vive, en Resistencia y agregó que Juárez le comentó que tal vez tendría inconvenientes para seguir abasteciéndolo y para mandar otro proveedor anotó su dirección y nombre en un papel.
El procesado también negó haber despachado la encomienda o transportado o ingresado al país o al sur el estupefaciente encontrado y dijo que no conoce la región patagónica y no fue a Itatí desde que era un niño.

Por último, se reconoció consumidor de marihuana y rechazó conocimiento alguno sobre el DNI apócrifo secuestrado. También aseguró que no conoció a Cayupel.

ASESINADO POR SICARIOS

Maximiliano Cayupel fue procesado en libertad y el 19 de abril de 2010 fue asesinado por dos sicarios que se bajaron de una camioneta blanca y lo acribillaron. El chico se encontraba junto a un grupo de personas reunido en la esquina de Base Marambio y Alejandro Maíz, en Kilómetro 8. Su crimen quedó impune, entre otras cosas, porque la familia se presentó como querellante, pero la Justicia Ordinaria no los admitió.

"Este es uno de los 22 ajustes de cuentas que se produjeron en Comodoro Rivadavia. ¿Quién se hace responsable, la familia de víctima? Me voy decepcionado", dijo al término de la audiencia, el 6 de setiembre de 2010, el abogado Miguel Ángel Donnet a El Patagónico.

"Quizás el Ministerio Público Fiscal, tratándose de un tema que está relacionado íntimamente a una causa federal, encuentre dificultades para poder entenderlo e investigar, pero no puede ser la misma Justicia que lo impida. Esto es otra cosa. Por autores ignorados no nos dan participación a los querellantes y por el transcurso de tiempo que dice el Código, va al archivo la causa. ¿Y después a quién le echamos la culpa?", reflexionó Donnet y a seis años de ello se puede decir que se cumplió su adelanto.

CONDENA POR LA DROGA

En su alegato, el fiscal federal Teodoro Nürnberg acusó a Mansilla por considerarlo coautor responsable de transporte de estupefacientes y tenencia de documento nacional de identidadajeno y le solicitó seis años de prisión, multa de seis mil pesos, mientras que el defensor Sergio Oribones reclamó la absolución.

El tribunal finalmente resolvió condenar a Mansilla por el delito de transporte de estupefacientes a la pena de cinco años de prisión efectiva y multa de 5.000 pesos, mientras que lo absolvió por el documento falso.


Lunes, 29 de agosto de 2016
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