Jue 21 de Noviembre de 2024
Curuzú Cuatiá - Corrientes
Canal Youtube Canal Twitter Canal Facebook Canal RSS
 
 
Los granos siguen en zona de turbulencia

Los precios de los granos y cereales en los mercados internacionales, en el tobogán desde hace tres años, podrían comenzar a encontrar su piso en la segunda mitad del año, para volver a encontrar mejores horizontes debido al stock cero que presentan tanto la soja, como el maíz y el trigo. La hipótesis, a ser tomada con pinzas ya que en cuestión de mercados “nadie tiene la varita mágica”, fue esbozada por el especialista Fernando Botta durante un panel organizado en el último congreso de los productores de siembra directa (Aapresid), desarrollado en Rosario hace dos semanas.

Según el analista, el maíz ya perdió la tendencia bajista “y empezó a lateralizar”, lo cuál si bien no necesariamente significa que vaya a subir, si es un llamado de atención para “ponerse alertas”.

El trigo, si bien ahora se ubica en mínimos, está bien en términos históricos y con señales buenas. “Puede ir a la baja, pero también puede comenzar a romper la tendencia”, explicó.

Por su parte la soja sufre una gran tendencia bajista en el corto plazo y el escenario está abierto aún: por una parte, existe la posibilidad de que “se rompa a la baja” y caiga hasta la zona de los 286 dólares. Un elemento central a tener en cuenta será el volumen de la próxima cosecha sudamericana.

Pero también hay indicios de un final de tendencia bajista: “Plata sobra en el mundo y puede ser que los especuladores elijan volver a los commodities, y por otra parte la suba de tasas debería estar descontada porque se anuncia desde hace casi dos años, no debería impactar demasiado”.

“Desde un análisis fundamental lo que vimos estos años es que ya no hay aumento de stock mundial, si vemos los gráficos vemos que para esta campaña el saldo es cero y que producción y consumo dan lo mismo, entonces no hay aumento de stock y por eso se empieza a lateralizar”, dijo, para agregar que si aparece algún problema de producción “hay que encender todas las antenas”.

Pero además, los mercados suelen apelar a las posiciones inversas, por lo que cuando todo está a la baja llega el momento “de empezar a poner unas fichitas” en contra. “El mundo está muy bajista en commodities en una tendencia que ya es larga, por ejemplo el petróleo tocó su mínimo hace seis meses, no ahora”.

El titular de Agrobrokers animó a los productores y especuladores a interiorizarse en el uso de las herramientas del mercado financiero sin miedo, y a dedicarle a la variable precio tanto tiempo y energía como le dedican al rinde del cultivo: “siempre decimos que hoy hay muchas herramientas disponibles, y que los productores deben tener un training de los mercados como lo tienen en la agricultura”.

Precios. Con la salvedad hecha de que ni el campeón mundial del análisis de mercado puede garantizar el 100% de efectividad en sus pronósticos, si existen algunos datos que permiten trazar perspectivas respecto a cómo pueden llegar a moverse los valores de los granos durante los próximos meses.

“Estoy pensando en un maíz internacional que puede empezar a encontrar alguna estabilidad, y en un mercado de soja que si no hay sorpresas ya descontó la producción americana, que va de buena a mejor que buena, por lo que eso no debería afectar demasiado los precios”, dijo el experto.

Para Botta, el gran secreto del mercado de la soja estará en la definición de la próxima campaña sudamericana y su volumen: “aparentemente será otra mega campaña”, dijo, así como en lo que haga China, que si bien viene mostrando algunas turbulencias financieras ésas no se ven reflejadas en el mercados.

“Por ahora la demanda sigue firme y mientras eso siga así yo apuesto a que la soja estará estable hasta noviembre o diciembre, cuando se confirme la cosecha sudamericana”, argumentó.

En ese momento los mercados volverán a un punto de alerta máxima ante una potencial baja adicional, pero en el “mientras tanto” la sensación es que la oleaginosa está en un piso. “Con los elementos que tenemos hoy parece que está todo descontado ya, incluido el dólar mundial, que si se mira parece que ya llegó a su piso, y si bien puede fortalecerse más adelante parecería que en los próximos tres o cuatro meses debería estabilizarse, o incluso perder un poco de su valor, lo que ayudaría a los commodities.

Con una mirada más extendida en el tiempo, y retomando un análisis propio, Botta consideró que a pesar del mal momento que atraviesan las cotizaciones de los granos “hoy estamos buscando los pisos de precios en los máximos de todas las eras desde los años 70 hasta el 2007”.

Incluso, si se toma como punto de partida el 2007, se ve que la masa monetaria americana se multiplicó por cuatro, lo que agrega fuerza a la idea de que los pisos son los de ahora.

“Cuando hablo de un piso de soja digo 330 o 290 dólares por tonelada y para un productor no es para nada lo mismo, pero tenemos una línea muy clara que dice que con el poroto por debajo de los 330 en Chicago hay que vender por las dudas de que venga una caída más profunda”.

Escenario local. Con una mirada más centrada en lo que se viene para los chacareros argentinos, Botta consideró que la próxima campaña gruesa será “dura”, con mucha incertidumbre para el maíz que recién comenzará a develarse hacia octubre, y un incremento seguro en el Area sojera “como cada vez que en Argentina hay inestabilidad económica”.

Respecto a la incidencia del año electoral en el ritmo del negocio agropecuario, explicó que si bien existe mucha expectativa por las elecciones de octubre las decisiones de inversión en definitiva “no van a pasar por la política”.

“Hoy se usa casi como excusa para explicar porqué se demoran, pero la cosa no va por ahí, por otra parte gane quien gane no habrá cambios rápidos al menos entre enero y marzo, a lo sumo algo con los Roes o un poco más de apertura”, argumentó. Por fuera del ruido político, que es más ruido que otra cosa, lo que en verdad define las decisiones de los productores es la limitante financiera, ya que falta liquidez, y lo que hay es demasiado caro como consecuencia de la quietud de la cotización del dólar.

“El dólar está quieto y eso define la toma de decisiones, alguno puede encontrar una buena oportunidad para comprar semillas y la compra y siembra maíz, algún otro hace un número y por ahí ve que no es tan malo y sale si encuentra fondos para fondearse, porque el problema del maíz es que fondearse es muy difícil”.

Esto llevará a que, una vez más, el grueso se volcará al cultivo de soja, “como siempre que en Argentina hubo inestabilidad y falta de plata”.

Botta ya hablaba de eso en el año 2003, ya que cuando existen poca certeza sobre lo que pasará el productor opta por ir al cultivo donde menos tiene que invertir aunque no necesariamente sea el mejor negocio.

Especular, es la cuestión. Con el diario del lunes bajo el brazo, no resulta difícil afirmar que los productores que no vendieron la soja hace un año esperando una mejora de precios o una mayor devaluación del peso salieron perdiendo.

Para el analista si bien es cierto que la baja “se veía venir muy clara y no acertaron los que no vendieron”, no puede hablarse de un error estratégico ya que los mercados enseñan siempre “que el dios todo poderoso no existe”, y que incluso el mejor analista tiene entre el 60 y 70 por ciento de chances de acertar, pero que siempre hay un buen margen de error posible.

“Creo que en todo caso el error estratégico fue no haberse dado cuenta de que el riesgo económico era alto, porque estaban al límite de los márgenes, y en esa situación no se puede especular”.

En ese punto, Botta explicó que existen razones históricas que empujan a los productores a “sentarse” sobre la soja, aunque el mercado vaya en dirección contrario.

“Encontramos una respuesta a esto si analizamos la evolución histórica de diferentes estrategias de inversión desde 1977 a esta parte: las tasas de interés rindieron un -6%, los inmuebles un 1%, las acciones un 6,19%, y los granos un 9,52%. Son datos objetivos que ayudan a entender comportamientos históricos”.

De todas formas, y a pesar de lo que pueda indicar la historia, la realidad también demuestra que la evolución de las cotizaciones muchas veces no es ni constante ni moderada.

En ese punto, Botta aconseja avanzar sobre tres planos: medir y gestionar el riesgo (saber hasta cuando se puede esperar para vender); hacer una buena evaluación estratégica (ser capaces de ver el escenario global); y por último diseñar un plan. “Es muy importante evaluar qué riesgos se enfrentan, y ver los rendimientos de indiferencia par saber dónde estamos parados”.

En esa evolución estratégica, una de las variables clave es el precio: “el manual dice que hay que operar siempre a favor de la tendencia principal. El mercado global está bajista desde hace tres años, pero el maíz parece revertirlo y el trigo podría hacerlo también”, dijo.

“El productor pone todos sus esfuerzos en el rendimiento y no se ocupa del precio, no se atienden bien los elementos que podemos usar, hay que laburar en el área de mercado sin miedo, como se labura en el campo”, concluyó.


Domingo, 16 de agosto de 2015
Compartir en Facebook Compartir este artículo en Twitter         

Volver

       
 
 

© Copyright 2012 - 2015
www.iusnoticias.com.ar | All rights reserved
Curuzú Cuatiá - Corrientes - Argentina
(03774) 425131 y (3774) 404176 | redaccioniusnoticias@gmail.com